El novelista que quiso ser marinero

Los mapas, bien de todo el mundo, de la Antártida o de islas que solo existen en la imaginación se presentan como la mejor ilustración de la obra de Julio Verne, en la que los viajes tanto reales como ideados por su fructífera mente suponen el principal hilo conductor.

Y así, entre transatlánticos, globos aerostáticos, o locomotoras en forma de elefante transcurren las centenares de novelas que este firmó y que se repasan en la exposición 'Julio Verne: el viaje como inspiración' que hasta el próximo 17 de abril podrá visitarse en el centro de Villahermosa de Huesca, y con cuya inauguración arrancó el ciclo sobre la figura del escritor francés que se extenderá durante tres semanas en la capital oscense.

“Julio Verne quiso ser marinero, pero su padre no se lo permitió, pero tuvo siempre una enorme fascinación por los barcos que se refleja en toda su obra”, explica Miguel Delgado, comisario de esta muestra, compuesta por fondos de la organizada por la Fundación Telefónica con el título 'Julio Verne: los límites de la imaginación'. Situada en la planta baja del centro Villahermosa, podrá visitarse de lunes a sábado en horario de 9.30 a 13.30 y de 16.30 a 20.30.

Los grandes barcos, especialmente el Great Easter, en el que Verne se llegó a subir, y que fue el de mayor tamaño hasta la construcción del Titanic, ocupan un lugar destacado dentro del recorrido por los aspectos más representativos de la obra del novelista francés que supone la exposición.

Junto a los barcos se encuentran los aviones y los globos aerostáticos, ya que volar fue otra de las obsesiones del explorador frustrado que fue Verne, aunque como señala el comisario de la muestra, “la figura del globo se ha asociado mucho a su trabajo, pero él solo se montó en una ocasión en uno”. Pese a ello, fotografías, carteles y recortes repasan algunos de los momentos que lo inspiraron en su obra, con las hazañas de Santos Dumon, el primero en hacer volar un avión, o Jesús Fernández Duro, que en 1909 cruzó en globo los Pirineos.

Las hazañas de la periodista Nellie Bly, que emuló al personaje de Verne, Phileas Fogg y dio la vuelta al mundo en 80 días, o decenas de fotografías de la época que muestran los lugares que se describen en el viaje de Fogg componen otro de los rincones de la exposición, en la que también se realizan varios guiños a Huesca.

Uno de ellos en torno a la figura de la joven periodista viajera que recorrió el mundo en 80 días, y de cuya aventura se hace eco un ejemplar del Diario de Huesca del 21 de febrero de 1890, cuya portada puede verse junto a varias fotografías de su viaje. También se expone un mapa de la capital oscense de la época y el cartel de las fiestas laurentinas de 1895, para ubicar a los visitantes en el tiempo en el que se sitúa el trabajo de Verne.

Además de esta muestra sobre Verne y los viajes que cuenta en su novela, el mismo centro Villahermosa de Huesca también acoge en las mismas fechas otra exposición en torno a su figura, pero con un enfoque muy diferente, el del pintor José Ortiz, que transforma en sus cuadros abstractos aquellas imágenes que le ha evocado la lectura de Julio Verne.

La inauguración de estas exposiciones, celebrada este miércoles sirvió para poner el inicio al ciclo 'Julio Verne: tres semanas en Huesca', que del 30 de marzo al 17 de abril contará con once exposiciones, conferencias y proyecciones, talleres infantiles y escaparates temáticos, todas en torno a la figura y el trabajo del novelista francés.

El grupo de investigación T3 AxEL, formado por profesores de la Universidad de Zaragoza, junto a docentes de la Pau y Pays de l'Adour, y las portuguesas de Oporto, Madeira y Aveiro son las organizadoras de este proyecto, en el que se espera reunir a estudiosos de Verne llegados de todo el mundo, y como explica María Pilar Tresaco, investigadora y una de las principales impulsoras, “convertir a Huesca en la ciudad verniana por excelencia dentro de España”.