Sevilla tiene un color especial

Don Phil Manzanera, muchachos. En el escenario del impresionante estadio olímpico de La Cartuja de Sevilla. Con una Gibson Firebird roja de remache blanco en la caja, en diálogo musical y gestual con Juan Valdivia, que esboza unas cuantas sonrisas y gestos de entusiasmo. Se suma Enrique con su acústica, cónclave guitarrero en "Oración", con Joaquín y Gonzalo en el contrapunto, y Pedro marcando. La gente, con la boca abierta. No es una improvisación.

Resulta que mañana hay premio: el productor de "Senderos de traición" y "El espíritu del vino" tocará en uno de los bises con la banda. No os cuento las canciones por aquí, para mantener el intríngulis, pero han sonado de maravilla. El guitarrista de Roxy Music sigue siendo un musicazo en escenario.

Enrique anda bien. Ha empezado el ensayo despacito, sin forzar, como los tenistas cuando calientan el brazo. Al final, con "Tumbas de sal", arriba. Mañana estará a tope.

Gonzalo tiene un problema. "me voy a fundir toda la pasta de la gira en las tiendas de música", me comenta, feliz como un chaval. Se ha comprado un juguetito para su guitarra que solía usar David Gilmour. Y Joaquín tiene otro. No puede saltarse el chequeo de sonido para jugar al fútbol con sus hijos en el césped del estadio. Antes de subir a tarima le dio tiempo a unos cuantos toques con el interior del pie. Los chavales, un guante en el pie. Hay futuro ahí.

Afuera del estadio ya hay fans. Los alemanes ya han ido aterrizando, y los portugueses, y mañana no hay billetes de tren, ni plazas de hotel. La fiesta tiene 70.000 invitados.

Información útil. La entrada de minusválidos en La Cartuja está en el túnel sur (la mejor opción, según producción) se accede a una tarima reservada a personas con minusvalía media hora antes de que empiece el concierto. También se puede ir a la puerta F, justo enfrente del escenario: allí hay un segundo acceso, el habitual del estadio.

Oye, en confianza y para concluir. Que no me acostumbro aún. Esta gira es tan grande que sigue sobrepasando las expectativas, ocho conciertos después. Estoy loco por ver lo que pasa mañana, aunque tengo el listado de canciones ante mí. Hay una sorpresilla a mitad de repertorio, pero básicamente es el mismo de las otras veces. Lo bueno es que mañana sonará distinto...

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