Junts lleva camino de convertir esta legislatura en una constante ducha escocesa. Esta vez varió en 48 horas su decisión de descolgarse de las ocho enmiendas parciales a la ley de amnistía que el PSOE presentó el martes, al límite del plazo, en el registro del Congreso junto a Sumar, ERC, EH Bildu y el BNG para pasar a apoyarlas este jueves en el debate a puerta cerrada de la ponencia que antecede a la votación fijada para el próximo martes en la comisión de Justicia.

Los de Carles Puigdemont no quisieron interpretar lo hecho como un gesto según siguen negociando sus objeciones a la norma, mientras que los socialistas negaron que este tema formara parte de la reunión, la víspera, de su número tres, Santos Cerdán, con el secretario general de Junts, Jordi Turull. Pero lo cierto es que esta ducha caliente después de la fría del martes aligera el pulso entre los socios con el escollo en medio de la exculpación de los delitos por terrorismo.

La piedra en el zapato

La polémica enmienda propia de Junts y también, por su lado, de ERC al artículo 2 de la proposición de ley para borrar las causas penales, administrativas y contables vinculadas al 'procés' independentista tacha, literalmente, el apartado que detalla los supuestos terroristas en el Código Penal español y en una directiva europea de 2017 que quedan excluidos de la amnistía; siempre, eso sí, que haya sentencia firme. Una previsión legal que se ha convertido en una piedra en el zapato para el devenir de la nueva norma toda vez que el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón mantiene imputados al expresident Puigdemont y a la secretaria general de Junts, Marta Rovira, huida en Ginebra, en el sumario sobre los estragos causados por Tsunami Democràtic durante las protestas por la condena del Supremo a Oriol Junqueras y el resto de líderes secesionistas que purgaron prisión; unos incidentes en los que el magistrado ve indicios de una violencia de cariz terrorista, como también lo hace la Audiencia en la causa abierta contra los CDR.

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Tanto Junts como ERC atisban un peligro en ese apartado para la aplicación efectiva de la ley de amnistía una vez sea aprobada; una previsión que se da por hecha -de ello pende la legislatura- para primavera. Y ambos reclaman que este capítulo delictivo se suprima de la norma, exonerándolo por tanto. Pero los socialistas, que insisten en que el contenido de la proposición de ley es "impecable" y han acotado las enmiendas registradas con la firma de parte de sus socios y apoyadas ayer también por Junts, el PNV y Podemos a aspectos esencialmente técnicos, se han venido negando en las intensas negociaciones de estos días a asumir las exigencias de los independentistas por temor a que la UE interprete que existe una laxitud en el combate contra el terrorismo contraria a las reglas comunes.

Dicha espada de Damocles está descrita en el informe de los letrados de la comisión de Justicia que cuestiona que la amnistía sea constitucional y que alerta de que incluso la actual exclusión como amnistiables de los delitos de terrorismo solo si hay sentencia -la que cuenta con el visto bueno del PSOE- puede contravenir los presupuestos comunitarios.

El huevo y el fuero

Junts y ERC cuentan con acompañamiento en esto del resto de socios, pero sin el aval de los socialistas su enmienda morirá el martes en la comisión de Justicia, paso previo a que el Congreso refrende la amnistía previsiblemente el día 30. Los socialistas se limitaron ayer a atribuir el cambio de posición de los junteros sobre sus enmiendas a que éstos "están de acuerdo" con ellas, mientras que los aludidos seguían dando carrete a la negociación. Los de Puigdemont defienden su enmienda no solo por el huevo de su efecto jurídico, sino, sobre todo, por el fuero político de que el 'procés' -rechazan- no tuvo connotaciones terroristas.