Pablo Iglesias marca el camino de las bases de Podemos con su 'no' en Galicia a ir con Yolanda Díaz

La militancia morada rechaza el preacuerdo alcanzado con Sumar y la izquierda a concurrirá a las autonómicas gallegas dividida en cuatro listas.

Pablo Iglesias y Yolanda Díaz.
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz.
H. A.

Las bases de Podemos en Galicia avalan el camino marcado por el exdirigente de la formación morada, Pablo Iglesias, y rechazan concurrir en coalición junto a Sumar, el partido de Yolanda Díaz, a las elecciones gallegas del 18 de febrero. El 62,36% de los inscritos que participaron en la consulta -un total de 2.513 simpatizantes- votaron 'no' al preacuerdo alcanzado con la organización morada, una decisión que agrava las relaciones entre ambas formaciones, muy deterioradas tras la marcha a principios de mes de los diputados de Ione Belarra al Grupo Mixto, y deja al espacio político de la izquierda dividido en cuatro papeletas distintas: PSOE, BNG, Sumar Galicia y Podemos. Fragmentación que complica sobre el papel las opciones de comprometer la mayoría absoluta del PP que pretende retener Alfonso Rueda.

El exvicepresidente segundo del Gobierno, desde el medio de comunicación que dirige, sigue manteniendo una innegable influencia sobre la militancia del partido que fundó hace casi diez años (cumplirá una década el 17 de enero). La actual dirección de Podemos había dado libertad de decisión a su marca en Galicia, que había alcanzado un preacuerdo con los de Díaz para ir en coalición, pero durante las 48 horas que duró el plebiscito Iglesias publicó un editorial muy crítico con dicho pacto llamando a boicotearlo y apostando por concentrar el voto en la candidatura de Ana Pontón al frente de los nacionalistas. "La mejor decisión que pueden tomar las bases moradas (...) es rechazar la coalición con Sumar y pedir el voto para el BNG. Esa opción, ese voto dual, es la que más potencialidad tiene para generar un mayor número de diputados de izquierdas en el Parlamento gallego para una investidura exitosa", rezaba el texto.

Belarra, en un discreto plano durante todo este proceso, tardó pocos minutos tras conocerse el resultado en respaldar la decisión de la militancia en Galicia. También apoyó la candidatura de Isabel Faraldo, que encabezaba la lista de Transformar Galicia, la opción oficialista que se impuso con un 41,66% de apoyos, frente a la de su rival, Charo Varela (34,66%), que encabezaba el colectivo Rexurdir Galicia. El voto en blanco alcanzó el 23,68%. "La gente de Podemos quiere que nuestro proyecto sea respetado. Está orgullosa de lo que somos, de lo que hemos hecho y de lo que podemos hacer en el futuro. Somos la única organización en la que no mandan los dirigentes sino la gente. Sí se puede", escribió la secretaria general de Podemos en sus redes sociales.

Paralelamente, la propia Pontón trató de sacar rédito del pulso cainita entre Díaz y Belarra y pidió a los votantes "desencantados con la política" concentrar su apoyo en el BNG. "Confiad en mí", añadió. Ya en las pasadas autonómicas, celebradas en 2020, la coalición formada por Podemos, Izquierda Unida y Anova no consiguió representación en el Parlamento de Galicia y los nacionalistas gallegos se convirtieron en la principal fuerza de oposición al Gobierno del PP con 19 escaños (frente a 14 del PSG y 42 de los populares, encabezados aún por Alberto Núñez Feijóo).

El umbral del 5%

La ley electoral en Galicia sitúa, además, el umbral mínimo de representación en el 5% en cada una de sus cuatro provincias. Podemos y sus confluencias -entonces sin la competencia de Sumar, que llevará de candidata a su portavoz en el Congreso, Marta Lois- consiguieron hace cuatro años apenas un 4,58 % en Pontevedra, un 4,43 % en La Coruña, un 2,27 % en Lugo y un 2,17% en Orense.

Precisamente, el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero, contradijo el viernes a Iglesias defendiendo el 'sí' a presentarse con Sumar al considerar un "fracaso" las posibles cuatro candidaturas en la izquierda. Este domingo, en cambio, cargó su análisis directamente contra Díaz: "Tengo la sensación de que éste era el resultado que quería quien hizo una oferta difícilmente asumible a la militancia de Podemos. Demasiado dolor acumulado".

Esta pugna se suma a la crisis territorial que azota Podemos desde 2016 y que ahora Belarra, con una reestructuración de su dirección, trata de encauzar mediante un camino separado al de Sumar. Los morados han perdido desde entonces más de un centenar de diputados autonómicos, siendo borrados de parlamentos clave como el de la Comunidad de Madrid o el de la valenciana.

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