Alberto Garzón deja la dirección de IU y la primera línea política

El coordinador general de IU y ministro de Consumo en funciones, Alberto Garzón, ha anunciado este viernes en una carta dirigida a la militancia que deja la dirección de su partido y la primera línea de la política, según han asegurado fuentes de esta formación política.

En la misiva, Garzón asegura que quiere completar el paso al lado que anunció el pasado mes de junio y no solo ceder el testigo dentro del Consejo de Ministros, sino también su responsabilidad como coordinar general de IU.

"Ahora la política española pasa a una nueva fase, con un nuevo Gobierno y con muchos retos que abordar", señala Garzón, quien ya no concurrió en la lista de Sumar a las elecciones del pasado 23J.

El político precoz que saltó del 15M al escaño

El adiós de Garzón como supone la despedida de un político precoz, que saltó a la palestra en las movilizaciones del 15M, hace ya 12 años, un tiempo en el que ha logrado el 'título' de diputado más joven, con 26 años, y 'sentar' al Partido Comunista en el Consejo de Ministros.

El ministro de Consumo en funciones se va de la primera línea política y, según dicen los que le conocen bien, se dedicará a "lo que realmente le apasiona", investigar en la Universidad, estudiar y estar con su familia.

Eso es lo que mantienen quienes trabajan codo con codo con este economista, nacido en Logroño en 1985, aunque ha vivido la mayor parte de su vida en Sevilla y sobre todo en Málaga, donde se licenció en Economía.

Garzón ha decidido dar un paso definitivo tras su decisión en febrero de cerrar una etapa con su apuesta por el proyecto de Yolanda Díaz, Sumar, que le llevó a renunciar a ser candidato en las pasadas elecciones.

Esta decisión "meditada" se produce tras una carrera de fondo en la política, como la de muchos compañeros de su generación, que del 15M saltaron al escaño.

Llegó al Congreso desde el activismo en las plazas, las tertulias televisivas y las redes sociales, en un momento en el que la IU de Cayo Lara también se resistía a los cambios y a Podemos.

Fue el candidato de la formación en las elecciones de 2015, en las que los de Pablo Iglesias consiguieron un grupo parlamentario propio con más de 70 escaños y él tuvo que quedarse con una presencia minoritaria en el Grupo Mixto.

Un momento clave en el que Garzón empezó a apostar por la unión con Podemos, que tantos recelos había despertado en la vieja guardia de su partido, donde la renovación le llevó a ser coordinador federal.

Tras algúun tira y afloja con Pablo Iglesias, ambos acabaron finalmente en 2016 sellando el famoso "pacto de los botellines" del que nació Unidas Podemos, una marca que en febrero el propio Garzón volvió a dar por amortizada en favor del proyecto de Yolanda Díaz y la posibilidad de que la izquierda a la izquierda del PSOE acudiera unida a las elecciones del 23J.

Como ministro de Consumo desde 2020, ha tenido un mandato con algunas polémicas, como la que le valió su campaña contra el consumo excesivo de carne y las macrogranjas, que parecía que le iba a costar su cargo después de que Pedro Sánchez pronunciara esta frase: "A mí, donde me pongan un chuletón a punto, eso es imbatible".

Pero 'sobrevivió' a la polémica, que fue posterior a la lucha sin cuartel que mantuvo con el sector del juego online y la Liga de Fútbol, que se saldó a su favor porque pudo limitar la publicidad de las casas de apuestas, de lo que se siente especialmente orgulloso.

Ahora, tenía en un punto de mira a los alimentos infantiles, pero no logró el apoyo de los socialistas a pesar de sus llamamientos para que desbloquearan el real decreto sobre publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida al público infantil, ya ultimado en los cajones del Ministerio.

Ha sido uno de sus proyectos prioritarios, paralelo al de Nutri-score, el sistema de etiquetado frontal nutricional que quería utilizar como base para restringir la publicidad de alimentos menos saludables.

Garzón ha defendido hasta el final cada una de las causas que ha llevado por bandera su Ministerio, que no ha sido, según defendía, una "maría" sin competencias, algunas de las cuales le han costado enfrentamientos con los sectores afectados e incluso dentro del propio Gobierno, especialmente con el ministro de Agricultura, Luis Planas, quien ganó la última 'batalla'.

La obesidad y el sobrepeso de la infancia ha sido otra de sus preocupaciones, porque entiende que sus hijas cuando van a un supermercado corran a coger un bollo con su dibujo animado favorito y defiende con uñas y dientes que se limite este tipo de publicidad.

De la misma forma ha defendido el proyecto de Yolanda Díaz, Sumar.

"¡Lo hemos conseguido! Esto no estaba escrito. En julio muchos decían que era imposible. Pero aquí está el resultado del esfuerzo y el trabajo de un pueblo que quiere y merece un futuro digno", decía una vez que la investidura de Pedro Sánchez volvía abrir el camino a un nuevo Gobierno de coalición.

En las redes sociales, Garzón ya dejaba intuir hace unas horas su despedida: "Muy orgulloso de las gentes de @sumar y de @IzquierdaUnida. ¡Mucha fuerza!".