El PSOE ve viable investir a Sánchez la semana del 17 de octubre pese al listón de sus socios

ERC recurre ahora ante el TC la ley de vivienda e insiste en la amnistía y el referéndum, mientras airea sus diferencias con Junts.

El presidente del Gobierno en funciones y diputado socialista, Pedro Sánchez (i), conversa con los diputados socialistas Patxi López (c) y Francina Armengol (d) durante la votación de la mesa en el Congreso de los Diputados en Madrid
Foto de archivo del presidente del Gobierno en funciones y diputado socialista, Pedro Sánchez (i), conversa con los diputados socialistas Patxi López (c) y Francina Armengol (d)
CHEMA MOYA

El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, deslizó este viernes que la semana del 17 de octubre puede producirse la sesión de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Los socialistas vaticinan que la empresa del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, está destinada al fracaso y se muestran convencidos de poder lograr el apoyo necesario para que el líder socialista reedite su mandato. López, al ser preguntado por esa semana en concreto en una entrevista en RNE, recomendó a los periodistas "no hacer muchos planes" y aseguró que "habrá actividad parlamentaria a partir de que la investidura de Feijóo tenga el resultado que todos sabemos que va a tener".

Por primera vez, los socialistas situaron un espacio temporal para la investidura, para fijar el marco de que ven cerca la reelección del presidente del Gobierno. A pesar de que sus socios elevan cada día que pasa el listón. Tras la propuesta rescatada por el lehendakari de una reinterpretación de la Constitución para un nuevo modelo territorial, desde el PNV, Andoni Ortuzar, exigió ayer a Sánchez que reconozca a Euskadi como una nación si quiere contar con los votos jeltzales para la investidura. ERC también mostró una posición de máximos. Preguntada por la iniciativa de Urkullu, Marta Rovira afirmó en Radio Euskadi que es insuficiente para Cataluña y que la solución debe pasar por la amnistía y la autodeterminación. Puigdemont enseñará algunas cartas este martes.

Los socialistas, que tratan de trasladar optimismo, no están dispuestos a esperar turno, tras el intento del PP el próximo 26 y 27 de septiembre, para cerrar sus apoyos. No obstante, y según López, por ahora "solo hay conversaciones" con el resto de grupos, ninguna negociación en curso tal y como aseguró el jueves Carles Puigdemont, quien fijará en cuatro días las líneas maestras de la negociación en una conferencia en Bruselas.

Los ritmos de unos y otros no acaban de coincidir. El PSOE se atreve ya a insinuar una fecha de investidura, mientras los independentistas enfrían el proceso de diálogo. Pues no solo advierten de que se está en la fase previa del tanteo y de que no hay aún propuestas sobre la mesa, sino que están enfrascados en una guerra interna por ver quién cobra más protagonismo en la investidura. Tanto los nacionalistas vascos (PNV y EH Bildu) como los catalanes (ERC y Junts).

En la pasada legislatura, ERC era el socio de referencia para el Gobierno. La aritmética ha cambiado y ahora los diputados más deseados (y difíciles de conseguir)_son los 7 de Junts. La batalla entre las formaciones soberanistas complica las conversaciones. No hay negociación, avisó Puigdemont, mientras ERC trataba de cerrar un borrador con el PSOE sobre el uso del catalán en el Congreso. Esa pugna se repetió ayer en la Cámara catalana. El Parlament aprobó en un pleno extraordinario presentar un recurso contra la ley de vivienda estatal ante el Tribunal Constitucional (TC) por presunta invasión de competencias autonómicas. La votación salió adelante con los escaños de las tres formaciones independentistas: ERC, Junts y la CUP, que suman la mayoría absoluta. Se da la circunstancia de que Esquerra validó la norma, que negoció a fondo con el PSOE.

Runrún nacionalista

El desmarque de los republicanos supone un aviso para navegantes también al Gobierno sobre la inestabilidad de sus socios, en el sentido de que tan importante es qué se aprueba como el contexto en el que se negocia. Así, Puigdemont ha fijado la puesta de largo del inicio del proceso negociador el próximo martes, en la semana previa a la Diada.

El expresidente de la Generalitat está recibiendo presiones del ala más radical del secesionismo, que hasta ahora le adoraba. La ANC le advierte de que nada de pactar con los represores. Y correligionarios críticos del Consejo de la República, el gobierno paralelo que preside, denunciaron en una carta abierta que haya eliminado la asamblea de representantes (el parlamento en la sombra) en una iniciativa más "propia de las cúpulas de los partidos políticos con poca o nula democracia interna". Hay runrún en las bases secesionistas con los movimientos de los postconvergentes. Por ello, Junts se plantea someter la decisión de la investidura a la militancia. Hace un año, por ejemplo, el 55% de sus militantes votaron por salir del Govern.

Mientras, Patxi López, en la línea de lo expuesto por otros cargos socialistas en los últimos días, señaló que todo lo que haga el PSOE para recabar apoyos para la investidura "se situará dentro del marco constitucional".

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