Educación estudia si puede aprobar la nueva Evau pese a estar en funciones

La imposibilidad de sacar ahora el real decreto con los cambios pondría sobre la mesa la moratoria de un año que piden los rectores y alguna autonomía.

Exámenes de la Evau extraordinarios en Zaragoza
Exámenes de la Evau extraordinarios en Zaragoza
Francisco Jiménez

Un cuarto de millón de jóvenes comienza a partir del 7 de septiembre segundo de Bachillerato y todavía no sabe cómo será la Evau de 2024, la prueba de acceso a la universidad que la mayoría hará en junio. Unos exámenes que hay que preparar desde el inicio del curso porque condicionarán su futuro académico y personal. De ellos dependerá si tienen o no la nota para poder estudiar la carrera que desean.

Los ministerios de Educación y Universidades elaboraban desde hace un año un real decreto para cambiar la Evau a partir de 2024 y adaptarla a los nuevos currículos y métodos de enseñanza introducidos por la Lomloe. Pero, a finales de mayo, frenaron su envío al Consejo de Ministros por la convocatoria de elecciones anticipadas. No querían atar de pies y manos con una aprobación 'in extremis' al nuevo Ejecutivo, argumentaron, más si se tiene en cuenta que el PP rechaza su modelo y reclama un prueba única nacional. Metieron el borrador en el cajón para que decidiese el Gobierno salido de las urnas.

Sin embargo, los responsables educativos creen que la situación ha cambiado y que ya no pueden esperar más para decidir qué va a ocurrir con la selectividad de 2024. La alta probabilidad de dos intentos sucesivos de investidura retrasará la conformación del Gobierno, como mínimo, a después del puente del Pilar. Esto significa que la nueva regulación de la Evau, la que marcará el tipo de exámenes, su estructura o sus calificaciones, las directrices que condicionan cómo se imparten las clases y materias en segundo de Bachillerato, no llegaría a alumnos, profesores y comisiones de evaluación al menos hasta que el curso llevase un mes y medio empezado.

"Sería ya demasiado tarde", comentan fuentes gubernamentales, que apuntan a que el comité de dirección de Educación se reunirá este martes o miércoles y que los responsables ministeriales comunicarán una decisión definitiva sobre la Evau de 2024 a autonomías y universidades entre esta semana y la próxima.

Lo primero que van a analizar es si, pese a las fuertes limitaciones de un Gobierno en funciones, el Consejo de Ministros podría aprobar ya el real decreto de reforma de la selectividad. La ley del Gobierno impide al Gabinete interino aprobar Presupuestos o proyectos de ley y le ordena limitar su gestión "al despacho ordinario de los asuntos públicos, absteniéndose de adoptar (...) cualesquiera otras medidas". Pero la prohibición de actuar tiene dos salvedades, "casos de urgencia debidamente acreditados" y "razones de interés general cuya acreditación expresa así lo justifique". Los juristas dirán ahora si en ellas encaja el real decreto.

Si no es posible la aprobación por el Gobierno en funciones quedarán abiertas todas las opciones, incluso la que la primavera pasada descartó la ministra, Pilar Alegría. La moratoria por un año de la reforma, hasta 2025. Así lo pidieron las rectores y los responsables directos de diseñar y ejecutar las pruebas en las diecisiete autonomías, que afirmaron ya en mayo que una reforma de la Evau con tan poco tiempo para prepararla era «inviable» y que las prisas podían perjudicar a los alumnos.

El borrador, preparado

Por contra, si los juristas ven viable la aprobación en funciones, el Consejo de Ministros podría validar el decreto pronto, pues solo falta el plácet del Consejo de Estado. El borrador de nueva regulación no introduce a corto plazo muchas diferencias con la Evau actual. El cambio radical llegaría en junio de 2028, cuando se prevé modificar incluso la estructura de la prueba.

Las diferencias más significativas son dos. La primera, la introducción de alguna pregunta de tipo competencial, motivo por el que se concederían 15 minutos más por examen (105) y otro cuarto de hora más entre ejercicio y ejercicio (45 minutos). El segundo cambio viene exigido por la modificación de los currículos de Bachillerato. La prueba contará con tres exámenes de las materias comunes (cuatro en las autonomías de lengua cooficial) y un cuarto con la materia obligada de especialidad. Pero, aunque las comunes crecen en la Lomloe por la reincorporación de Historia de la Filosofía, en vez de pasar a cinco exámenes se permitirá a los alumnos elegir desde la inscripción entre presentarse a Filosofía o a Historia de España.

El resto seguiría igual. Cada ejercicio valdría un 25% de la nota final y los alumnos pueden examinarse adicionalmente y de forma voluntaria de al menos dos materias de modalidad a su elección o de un segundo idioma extranjero o de la común no utilizada para subir nota de 10 a 14. Si han realizado más de dos pruebas voluntarias, los correctores solo tomarán en cuenta las dos con mejor resultado. La nota de acceso a la universidad se formará en un 60% con la media de Bachillerato y en un 40% con la Evau, que como mínimo debe ser un 4. Solo se podrá acceder a la universidad de si la nota final es al menos de 5.

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