Sánchez allana su investidura con la elección de Armengol y la ruptura en la derecha

La nueva presidenta hace un guiño a Junts y Esquerra y permitirá el uso de todas las lenguas cooficiales en el Congreso.

Sesión constitutiva de las Cortes Generales de la XV Legislatura: Congreso de los Diputados: Pedro Sánchez
Sesión constitutiva de las Cortes Generales de la XV Legislatura: Congreso de los Diputados: Pedro Sánchez
EFE / Europa Press

Pedro Sánchez ganó este jueves el primer pulso de la legislatura a Alberto Núñez Feijóo al conseguir situar en la presidencia del Congreso a la socialista Francina Armengol y encauzar el intento de reeditar la coalición de Gobierno con el respaldo de sus socios habituales y el concurso de Junts per Catalunya. Tras varios días de incertidumbres y sobresaltos, el Ejecutivo en funciones cerró sobre la bocina un acuerdo con los independentistas catalanes que garantizó la elección de la diputada balear por 178 votos -la mayoría absoluta son 176- frente a los 139 logrados por la candidata popular Cuca Gamarra -los 137 de su partido, más un voto de UPN y otro de Coalición Canaria-.

La derecha dividió sus votos después de que el PP confirmase a Vox que no le cedería un o de los cuatro puestos que le correspondían en la Mesa de la Cámara. Una ruptura en toda regla que deja reducidas las opciones de Feijóo para sacar adelante una investidura a la mínima expresión. Sin los 33 diputados de Vox, el líder gallego llegaría con menos apoyos que Sánchez -139 frente a 151- a la ronda de contactos con el Rey, que Felipe VI iniciará en los próximos días, como establece la Constitución, antes de designar un candidato. «Lo ocurrido demuestra que a Feijóo no le va bien y que hay una mayoría de Gobierno frente a la soledad del PP», analizan en la Moncloa.

Pese a la confianza en las filas gubernamentales de reproducir la suma de 178 'síes' en una investidura, Esquerra y Junts han dejado claro que no hay que confundir las cosas. Ambas formaciones insisten en que su respaldo se circunscribe en exclusiva al órgano de gobierno de la Cámara. Lo advirtió primero en el Congreso el portavoz republicano, Gabriel Rufián, y el expresidente catalán, Carles Puigdemont, posteriormente en un tuit. «La investidura -avisó el político fugado- está exactamente allí donde estaba el día siguiente de las elecciones». Ni más ni menos. Con la amnistía y la autodeterminación como líneas rojas. Y sin que nadie ponga en duda que la votación de este jueves tiene un significado que va más allá de la formal constitución de una cámara parlamentaria.

El uso del catalán

Puigdemont, desde su refugio en Waterloo, ha tenido un papel clave en las conversaciones que culminaron con el respaldo final de los posconvergentes a la candidatura de Armengol. El sentido del voto de los catorce escaños secesionistas -los de Oriol Junqueras tampoco lo pusieron fácil- estuvo en el alero hasta que los intermediarios de Sánchez dieron garantías de cumplimiento de tres demandas indiscutibles para Junts y ERC: transigir con el uso del catalán en el Congreso de manera inmediata, no poner trabas a una investigación parlamentaria para fiscalizar el 'caso Pegasus' ni tampoco a una comisión sobre los atentados yihadistas de 2017 en Barcelona y Cambrils, de los que este jueves se cumplían seis años.

Las dos fuerzas soberanistas han conseguido, además, que el reconocimiento institucional de la lengua catalana se haga también extensible a la Unión Europea. El ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, envió a primera hora una carta al Consejo de la UE reclamando la incorporación de las lenguas cooficiales al régimen lingüístico de la Eurocámara, con copia a la secretaria general para que se incluya en la próxima reunión del Consejo que tendrá lugar el 19 de septiembre.

En su estreno institucional, Armengol, que lanzó varios guiños a los soberanistas dando la bienvenida y despidiéndose en catalán, gallego y euskera, anunció su compromiso de permitir «la utilización de todos estos idiomas en el Congreso desde esta sesión constitutiva». Hoy habrá una reunión de la Mesa para asuntos de trámite, pero la expresidenta de Baleares está decidida a que las lenguas cooficiales empiecen a ser habituales en la Cámara. Ahora queda organizar cómo y sobre qué normas, porque ni la Carta Magna ni el Reglamento del Congreso precisan nada al respecto. «La España real, que es diversa, está llena de colores y cargada de matices», dijo en su discurso.

Antes de la cita, Armengol acudirá a la Zarzuela para informar al jefe del Estado de la constitución de la Cámara y que así Felipe VI pueda organizar la ronda de consultas con los portavoces de los diferentes partidos para sondear su posición con respecto a la investidura del próximo presidente. Una ronda para la que todavía no hay fecha, pero que podría celebrarse la próxima semana.

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