Núñez Feijóo se ajusta el traje presidencial en el debate electoral con Pedro Sánchez

El líder de la oposición pone a su rival frente al espejo de sus contradicciones y consigue esquivar los golpes sobre los pactos con Vox.

Cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
Alberto Núñez Feijóo
Agencias

Alberto Núñez Feijóo llegó con la lección de sus asesores bien aprendida. No había que arriesgar ni cometer errores en los 100 minutos que duró el cara a cara por mucho que el presidente del Gobierno bajase al barro y atacase por todos los flancos. Especialmente, por el de los pactos del PP con Vox, que le han dado más de un quebradero de cabeza en las últimas semanas. Aunque el líder gallego no se quedó atrás y contraatacó con los del PSOE con EH Bildu y Esquerra, principal causa de la fuga de votantes socialistas hacia las filas populares, a juzgar por los análisis demoscópicos. Eso y lo sucedido ayer mismo en la Asamblea de Murcia, donde Fernando López Miras perdió la votación de investidura por su negativa a pactar una coalición de Gobierno con el partido de Santiago Abascal.

"No me va a enredar", le espetó a su rival. Y consiguió no enredarse. Sereno y confiado en sus posibilidades, Feijóo se ajustó el traje presidencial que le acompaña desde sus cuatro mayorías absolutas en Galicia, y aunque el duelo dialéctico fue duro, bronco por momentos, se mantuvo en su intención de debatir propuestas y confrontar modelos para tratar de seguir, así, ganando fuerza a derecha y a izquierda.

Pese a que los sondeos pronostican una victoria clara del PP, la media de todos ellos no permite vislumbrar el escenario de una mayoría amplia que ponga fin a la política de bloques. Cada voto vale su peso en oro y en Génova están dispuestos a pelear por los escaños que aún están en liza para superar el listón de los 160 diputados y gobernar sin condicionantes. Aún así, Feijóo volvió a poner sobre la mesa que el perdedor en las elecciones se abstenga y deje gobernar al ganador. Y, esta vez, no sólo de viva y voz, sino de puño y letra y con su firma ya. "Si usted gana las elecciones yo facilito su investidura y si las gano yo usted facilita la mía". Mano tendida hasta el final.

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