Sánchez ve clarificada la disyuntiva ante el 23-J: "O un Gobierno ultraderechista o uno de corte progresista"

El presidente esgrime desde Bruselas que en sus conversaciones con líderes europeos ya aflora la inquietud ante el "recorte" en derechos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
Efe

Los socialistas aseguran tener razones para creer que los pactos del PP con Vox no están saliendo gratis a Alberto Núñez Feijóo. Sostienen que han servido ya para frenar el trasvase de votos que hasta hace apenas dos semanas recogían las encuestas. Pero en el acuerdo sellado por María Guardiola y el portavoz del partido de Santiago Abascal en la Asamblea de Extremadura, Ángel Pelayo Gordillo, han encontrado un elemento extraordinario. Uno que les da oportunidad de argumentar que, como poco, el 'feijoísmo' ya iguala en credibilidad al "sanchismo".

Nada más anunciarse que Guardiola cedía a Vox la consejería de Mundo Rural, el PSOE salió en tromba a devolver al PP todas esas acusaciones que lleva cuatro años escuchando contra su líder: que es capaz de pisotear cualquier principio por mantenerse en el poder y que su palabra carece del mínimo valor. Pero no lo hizo, o no solo, aludiendo a las palabras pronunciadas hace apenas diez días por la dirigente regional, cuando afirmó que no podía dejar entrar en el Ejecutivo a quienes "niegan la violencia machista, deshumanizan a los inmigrantes y tiran a la basura la bandera LGTBI", sino con un vídeo del pasado 1 de junio en el que Feijóo insistía rotundo en su máxima de que hay que dejar gobernar la lista más votada y en el que, ante la advertencia de su entrevistadora, Ana Rosa Quintana, de que eso implicaba perder Extremadura replicaba un tajante: "sí".

Desde Bruselas, en una comparecencia tras el Consejo Europeo y a horas de asumir la presidencia de turno de la UE, el propio jefe del Ejecutivo esgrimió incluso que la situación actual ni siquiera les iguala, sino que le deja a él en una posición moral más elevada que la de su rival, que hizo pivotar buena parte de la campaña de los comicios autonómicos y municipales sobre la relación del Gobierno con Bildu. "Una cosa es pactar con partidos políticos recortes en derechos a cambio de votos y otra cosa lo que hemos hecho nosotros estos últimos años, que es avanzar en derechos", adujo.

"Sorpresa y contrariedad"

Los socialistas siempre se amparan en que el apoyo de los secesionistas vascos y catalanes ha servido para subir las pensiones, el Ingreso Mínimo Vital, para aprobar la ley de la vivienda o, algo más controvertido, la ley de memoria democrática, pero encubren cesiones como la derogación de la sedición bajo el argumento de que era la necesario "armonizar" el Código Penal a los países del entorno. Sánchez blandió este viernes la "sorpresa y contrariedad" que se ha encontrado, en cambio, estos días en sus conversaciones con líderes europeos, sin mencionar a ninguno de manera expresa.

En concreto, el presidente del Gobierno hizo alusión a los acuerdos que han llevado a retirar de las fachadas de ayuntamientos o Parlamentos autonómicos las banderas arcoiris para conmemorar la semana del Orgullo gay, y que el PP justifica con una sentencia del Tribunal Supremo que prohibió el uso de enseñas no oficiales en edificios públicos. "Es no reconocer derechos consagrados en nuestra Constitución y eso merece el reproche más rotundo por mi parte, causa sonrojo", afirmó para insistir en que de ser "un ejemplo" España está pasando a ser un "contraejemplo" para Europa.

En el ánimo de la dirección del PSOE subyace la intención de trasladar a sus votantes que el resultado del 28-M no tiene por qué anticipar lo que pueda ocurrir el 23 de julio y que, si se activan, podrán impedir que así sea. Sánchez reiteró ayer que a diferencia de entonces, ahora las formaciones a la izquierda del PSOE no se presentan divididas sino agrupadas en torno a Sumar, lo que impedirá que se pierdan muchos votos, y que ya no cabe ninguna duda de cuál es la alternativa, pese al mensaje de Feijóo de que su deseo es gobernar en solitario. Por lo que instó a "tomar nota". "El 23 de julio vamos a la elección entre un Gobierno ultraderechista de PP y Vox o uno de corte progresista del PP y Sumar", dijo.

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