La reeducación y reinserción social, mucho más que un curso

Estos cursos duran nueve meses y todos ellos cuentan con una estricta planificación.

Imagen de archivo.
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Pixabay

La reeducación y reinserción social puede ser mucho más efectiva que las penas privativas de libertad según los expertos especializados en los cursos que se imparten a las personas condenadas por delitos sexuales, violencia de género o abusos a menores.

Tras la condena de dos policías locales acusados de abusar sexualmente de una joven en Estepona (Málaga), que se han librado de la cárcel y tendrá que recibir un curso de reeducación sexual, se ha abierto el debate, pero muchos insisten en que es una "interpretación simplista".

Los dos policías han sido condenados por la Audiencia de Málaga a dos años de prisión, que han evitado tras un acuerdo en el que tendrán que indemnizar a la víctima en 80.000 euros y asistir a un programa de reeducación sexual.

Estos cursos duran nueve meses y todos ellos cuentan con una estricta planificación para erradicar la situación en la que se han visto envueltos.

No pueden saltarse ni un solo día porque se comunica inmediatamente al juzgado sentenciador y entonces se toman medidas, incluso la cárcel, han asegurado a EFE fuentes sindicales de Acaip, que trabajan mano a mano con estas personas.

Los cursos son impartidos por especialistas, por psicólogos, que les hacen pensar en el daño que han hecho a la víctima, meditar en el daño causado y recapacitar, pasar una serie de pruebas y hablar de todo lo sucedido para que mediten y se motiven en reeducarse y salir adelante con una reinserción efectiva.

Se trabaja con ellos una vez en semana durante cuatro horas, se hace un trabajo personal con cada uno porque tienen que identificar actitudes y reacciones violentas, manejo del estrés, perjuicios y ciclos de violencia porque no es solo un compromiso jurídico sino también social para intentar erradicar ciertas actitudes penales.

Hacen trabajo en equipo y también de manera individual y, según varios expertos en esta materia consultados por EFE, son más efectivos que la prisión porque se les hace recapacitar, tanto que por eso incluso cuando tienen que pasar por la cárcel los jueces antes de concederles algunos beneficios como el tercer grado, los obligan también a recibir dichos cursos.

La terapia de grupo es también muy importante porque, según han explicado los expertos, muchos de ellos no son consciente del daño causado hasta que escuchan lo que han hecho otros. Recapitan y piensan en qué situación se han visto envueltos.

Son cursos de obligado cumplimiento, con mucho compromiso y si no aprueban o no tienen una buena evolución no se les da el visto bueno, por lo que es necesario para que el juez lo admita que el psicólogo emita un informe favorable del mismo.

La Fiscalía de Málaga fue una de las primeras que contemplaron esta medida que se recoge en el Código Penal, que es la de condicionar la suspensión de la condena a la realización de un curso de educación sexual en personas que han cometido delitos de tráfico y distribución de pornografía.

Tienen que admitir los hechos, conformarse con la pena del fiscal y ser sometidos a tratamiento, un tratamiento que realiza Instituciones Penitenciarias, "porque tienen que pagar su pena".

"Es prioritario defender a la víctima y garantizar sus derechos", han indicado a EFE fuentes judiciales, que han precisado que además de sancionar a los culpables, también hay que resocializar al delincuente para que estas personas no vuelvan a cometer este tipo de actos.

Cursos de reeducación para adultos y menores contra la libertad sexual, violencia de género, conflictos en asuntos relacionados con el tráfico no minimizan la pena, salvo que lo proponga la víctima, sino que pretenden evitar que estos condenados comentan los mismos delitos y sean consciente de la gravedad de sus actos.

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