Los trastornos de conductas alimentarias se han disparado con la pandemia

Se han visto incrementados por la restricción de las relaciones sociales entre los jóvenes y el aumento del uso de las redes sociales e internet.

La reclamación, dirigida al Ministerio de Sanidad y a la Junta de Andalucía, es iniciativa de Patricia Cervera.
El aumento del uso de las redes sociales e internet ha agravado el problema
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La pandemia ha multiplicado los casos de trastornos de conducta alimentaria (TCA), sobre todo en adolescentes, y ha evidenciado una falta de recursos en la sanidad pública para atender estos problemas específicos de salud mental.

Según datos de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), en 2020 atendieron a 598 familias de Cataluña afectadas, cuando en todo el 2019 el número de atenciones fue de 291, casi la mitad, mientras que también se multiplicaron por dos las llamadas telefónicas pidiendo información, de 556 en 2019 a 1.096 en 2020.

Los correos electrónicos solicitando información a la asociación pasaron de 410 en 2019 a 2.717 el año pasado, un crecimiento exponencial que las psicólogas de la asociación explican por el efecto del confinamiento de la pandemia.

Fuentes de la asociación han explicado que el confinamiento hizo que aflorasen muchos casos que estaban escondidos y que padres y madres descubrieron comportamientos anómalos en la alimentación de sus hijos.

Los TCA también se han visto incrementados por la restricción de las relaciones sociales entre los jóvenes y el aumento del uso de las redes sociales e internet, que, según la asociación, "hacen mucho daño fomentando modelos de belleza que conducen a estos trastornos", detrás de los cuales a menudo se esconden "problemas de autoestima".

"El problema es que no hay recursos, la sanidad pública no está preparada para atender tantos casos de salud mental", según una portavoz de la ACAB, asociación que prepara para el próximo 14 de abril la presentación de un Plan de Prevención de las TCA con el que también quiere concienciar a la administración de la necesidad de incrementar los recursos.

La ACAB está haciendo un seguimiento del caso de la hija de 13 años de Núria Busquet Molist, una vecina de Cardedeu (Barcelona), que descubrió el pasado mes de agosto un TCA en su hija, que dejó de comer y que ahora pesa apenas 34 kilos.

Busquet ha denunciado su caso con detalle en las redes sociales en un hilo de twitter que se ha hecho viral, con más de 8.000 retuits en un día, en el que relata "la tortura" que dice que le está haciendo pasar el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), ante el que ha presentado una queja.

También ha presentado una queja al Síndic de Greuges por la desatención que sufre su hija por parte de la sanidad pública, con plazos de visitas inasumibles para una enferma que no come y que teme que muera.

Busquet ha detallado cómo su hija desarrolló un TAC a raíz del confinamiento y cómo desde el ambulatorio de Cardedeu tardaron dos semanas en llamarla para derivarla a un servicio de salud mental de Granollers, donde le dieron visita para el 20 de octubre, dos meses después, cuando la niña ya hacía tres semanas que no comía.

Desde entonces la niña ha tenido que ser hospitalizada dos veces, aunque no acaban de curarla y ahora pesa apenas 34 kilos, por lo que la madre pide que se la interne en un centro especializado hasta que se recupere plenamente, pero en el hospital le han dicho que "no existen centros públicos para tratar el TCA para menores de 16 años. Y que esto es lo que hay. Buscamos centros privados: 4.000 euros al mes", que la familia no puede costear.

La ACAB explica que este es solo uno de los muchos casos que atienden y que es urgente que la administración ponga más recursos para atender estos trastornos, disparados por la pandemia, como otros problemas de salud mental. 

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