Una de las definiciones de la democracia es que hay incertidumbre sobre el resultado, que no sabes qué va a pasar". Esta frase del sociólogo turolense Ignacio Urquizu, hasta ahora diputado socialista, ayuda a poner los pies en el suelo justamente en el día en el que todos los medios de comunicación de España contamos en grandes titulares las predicciones del CIS que dirige José Félix Tezanos. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, la macroencuesta oficial concede al PSOE una mayoría tan amplia y tan cómoda que podría gobernar, en el mejor de los casos, con el apoyo de todas las formaciones de izquierdas, sin la ayuda envenenada de los independentistas. Estas proyecciones demoscópicas hacen soñar a los responsables socialistas incluso con un gobierno en solitario, que podría buscar aliados en todas las bandas.

La defnición de Urquizu, que acaba de publicar ‘¿Cómo somos?’, a modo de exhaustivo e interesante retrato robot de los españoles, recuerda que hasta que se abran las urnas no está el pescado vendido. El efecto Moncloa, la caída de Podemos y la irrupción de Vox como depredador del PP explican que el PSOE esté claramente a la cabeza en todos los sondeos. Pero los indecisos y el reparto de escaños de la España vaciada... y votante pueden introducir variaciones imprevistas.