Terribles coincidencias

Esta semana se ha producido una conjunción de noticias importantes e inquietantes.

Las elecciones deberían ser un ejercicio de responsabilidad.
Las elecciones deberían ser un ejercicio de responsabilidad.

¿Existe la casualidad? ¿O son los hechos esas realidades que se producen entre medio de una causa y antes de una consecuencia? Lo segundo parece lo razonable, pero en semanas como esta, el azar parece trabajar para que, en algún punto del universo, estalle el caos. No ha sido ni el destino ni el aleteo de ninguna mariposa lo que ha hecho que coincida el arranque del juicio del ‘procés’ con el debate de los Presupuestos. Ha sido el retraso de los trámites jurídicos, pero también la mala política, la fatuidad de sus líderes y la peligrosa levedad de sus discursos lo que ha acompañado a esa pantalla partida en las televisiones. Supremo y Parlamento en vasos comunicantes. Periodistas y ciudadanos con tremendo chute, sobredosis de actualidad importante. Otro día histórico retransmitido en directo. ¿Será la superprimavera electoral la catarsis para digerirlo? ¿O solo el pasaporte para seguir instalados en la agitación y la campaña permanente? La actualidad desciende por un tobogán de vértigo. Arriba están los partidos y sus estrategias, la ambición desmedida de los peores líderes en el peor momento y la voracidad y necesidad de aniquilar (que no pactar) al adversario. Abajo estamos todos. Y no solo depende de los de arriba que sea menos dura la caída. El juicio no debería ser la excusa del victimismo ni tampoco del populismo punitivo de colmillo afilado. Y las elecciones deberían ser el ejercicio de responsabilidad de todos. Se trata de avanzar, acordar y mirar al futuro con menos miedo y más certidumbre. Lo necesitamos.

Eva Pérez Sorribes es directora de Contenidos de la Cadena Ser Aragón