Elecciones para avanzar

El rechazo a los Presupuestos obliga a Pedro Sánchez a adelantar las elecciones generales.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
REUTERS/Sergio Perez

El independentismo catalán sentenció ayer la legislatura al tumbar el proyecto de Presupuestos del Estado. Pedro Sánchez tiene que convocar elecciones cuanto antes, como prometió durante la moción de censura que le llevó a la Moncloa. La inestabilidad por la falta de apoyos parlamentarios del Gobierno complica extraordinariamente el abordar los desafíos políticos y económicos que tiene el país.

Pedro Sánchez anunciará mañana, tras la reunión del Consejo de Ministros, si convoca elecciones generales. Puede optar por adelantar los comicios, atrincherarse en la Moncloa con una prórroga de los Presupuestos de Rajoy o someterse a una cuestión de confianza. Todos los escenario están abiertos después de que el Congreso rechazase ayer, con los votos de PP, Ciudadanos y los independentistas catalanes, el proyecto de Presupuestos para 2019. El secesionismo optó por repudiar las cuentas y propinar así un golpe letal al Ejecutivo porque no se han aceptado los dos imposibles que exigía: negociar el derecho a la autodeterminación, sobrepasando los límites constitucionales, y conseguir que Sánchez interfiriese en la acción de la Justicia en favor de los políticos juzgados por el ‘procés’.

Más allá de la asfixiante precariedad parlamentaria (84 diputados) y del intenso desgaste que ya ha sufrido su Gobierno, el líder del PSOE solo vive pendiente ya de los sondeos y del calendario electoral. Aunque no será Bruselas quien le meta prisa, porque la prórroga de los Presupuestos de Rajoy le permitiría ejecutar el ajuste fiscal que le reclama la UE, es hora de llamar a las urnas para que los ciudadanos puedan votar con el objetivo de intentar formar un Gobierno sólido y estable, que saque al país del estado de parálisis en el que ha entrado a pesar de que se amontonan los problemas (secesionismo, financiación autonómica, deuda, pensiones…). En estos momentos, ni siquiera la inercia mueve ya a España.