Vientos del Este

Hoy, el Consejo de ministros se reúne en Barcelona en medio de gran tensión. A los enemigos del modo de vida de Europa occidental les damos muchas facilidades.

Las manipulaciones de la Rusia de Putin son un peligro para la democracia en Europa.
Las manipulaciones de la Rusia de Putin son un peligro para la democracia en Europa.
Maxim Shemetov / Reuters

Alo largo de esta semana, se han repetido las llamadas a distender la situación ante la celebración del Consejo de Ministros en Barcelona. La misma Generalitat que había rociado de gasolina el ambiente se está empleando en las últimas horas en rebajar la tensión.

Eso no significa que los grupos de activistas del secesionismo vayan a hacer caso. Arran lleva toda la semana atacando sedes de partidos constitucionalistas y dejando pintadas como «El 21-D tumbaremos el régimen». A la vez, ahí están los comités de defensa de la república (CDR), nada menos que 300 en toda Cataluña, que se movilizan a través de una cuenta de Twitter con 113.000 seguidores. Según explican los periodistas que siguen estos movimientos, han pasado del pacifismo y las sonrisas a una estrategia de "desobediencia, resistencia y lucha", nadie sabe quién está detrás y los participantes descubren de qué se trata cuando llegan al sitio a la hora señalada. Tras los últimos altercados, algunos activistas han propuesto formar grupos de cabecera para evitar incidentes con la Policía, pero han tenido que desistir de sus ‘buenas intenciones’ ante la hostilidad de esos CDR que gobierna Twitter.

Leo estas informaciones mientras se conoce el informe del Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos que confirma las interferencias en las elecciones de 2016 que dieron la victoria a Trump, y mientras devoro el libro ‘El camino hacia la no libertad’, del historiador Timothy Snyder.

El informe del Senado ratifica cómo las mentiras y su difusión en las redes sociales derrotaron a Hillary Clinton. Respecto al ensayo de Snyder, prestigioso historiador norteamericano, colaborador y amigo del desaparecido Tony Judt, es una exhaustiva investigación sobre cómo Putin está consiguiendo su objetivo de desestabilizar Europa occidental. El ‘brexit’, nacionalismos como el catalán, populismos de distinta índole, especialmente de ultraderecha, o el movimiento de los chalecos amarillos son potenciados a través de acciones calculadas con los efectos ya conocidos. La herramienta, las redes sociales, que alimentan el circuito de las emociones, donde la razón desaparece y la mentira sustituye a la verdad, da respuestas sencillas muy parecidas a lo que deseamos oír, y las virtudes que sostienen nuestro sistema se resquebrajan.

El libro es una sucesión de hallazgos, algunos ya conocidos o intuidos pero que encadenados iluminan nuestro confuso presente. Así, Snyder nos invita a reflexionar sobre el uso de internet y la necesidad de tomar conciencia de qué hay al otro lado de la pantalla. Frente a su capacidad para la manipulación y para hacernos más emocionales y vulnerables, la defensa de la labor de los periodistas, a quienes dedica el libro, como figuras imprescindibles para evitar que la comunicación se convierta en propaganda y para que, con su función crítica, ayuden a preservar el Estado de derecho.

El historiador recomienda a los europeos tomar conciencia de que Rusia es una oligarquía basada en la venta de hidrocarburos que intenta mantenerse eliminando cualquier alternativa. Y la democracia europea lo es. Una democracia que no es una inevitabilidad histórica, sino un sistema de gobierno deseado, que proporciona una vida colectiva mucho mejor y que lleva su trabajo mantener, hasta conseguir que Europa sea hoy la que mejor lidia con los grandes retos del siglo XXI.

Frente a esa realidad, Putin, que tiene en Trump a un gran aliado, miente sobre los hechos y mete en los discursos esas noticias falsas y detalles que funcionan en el nivel de las emociones y cambian la percepción de la realidad. Empezó con Ucrania, siguió con las elecciones en EE. UU. y ahora tiene como objetivo debilitar Europa. Y si ante la globalización de los siglos XIX y XX surgieron el fascismo y el comunismo, ahora se sirve de los nacionalismos y populismos, sustentados en falsos pasados y en una supuesta insostenibilidad del presente, en un debate muy psicológico.

Snyder reclama a los gobiernos un esfuerzo en la educación. Incluso recomienda minimizar la exposición de los niños a las pantallas, como ya hacen con sus hijos los gurús de SiliconValley. Solo desde el criterio podremos hacer que prevalezcan la igualdad frente a la oligarquía, la individualidad frente a los totalitarismos y la verdad frente a la mentira. Incluso en Cataluña.