Glovo afirma que su modelo sería viable incluso haciendo contrato a repartidores

La Inspección de Trabajo de Zaragoza ha decidido multar a la compañía por considerar que sus trabajadores son "falsos autónomos", asunto que se dirimirá en los tribunales.

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Repartidores de Glovo.
Aránzazu Navarro

La empresa de reparto Glovo ha garantizado este jueves que, en el caso de que las autoridades, a partir de la decisión tomada por la Inspección de Trabajo en Zaragoza, invaliden la relación laboral que mantienen con sus mensajeros, a los que hoy considera autónomos, y les obliguen a contratarlos, su modelo sería "viable".

Así lo ha asegurado en declaraciones a los periodistas el cofundador y consejero delegado de la firma, Óscar Pierre, quien ha reconocido que la "incertidumbre" que rodea el modelo laboral de los repartidores en España -la Inspección de Trabajo ha abierto expedientes a firmas del sector en varias comunidades autónomas- tiene impacto a la hora de encontrar inversores y financiación.

"Es un tema que sale en todas las conversaciones con inversores. Nuestra solución es apostar por la expansión internacional y que España pase a representar un porcentaje pequeño del negocio -actualmente supone en torno a un tercio de sus ingresos-", ha explicado.

Preguntados por la decisión de la Inspección de Trabajo de Zaragoza de multar a la compañía por considerar que sus repartidores son "falsos autónomos" -asunto que se dirimirá en los tribunales-, desde el departamento legal han recordado que en 2016 superaron una investigación realizada en Barcelona también por las autoridades laborales, a las que reclaman uniformidad de criterios.

Pierre ha lamentado que no haya todavía por parte de la administración "propuestas sobre la mesa", en contraste con países como Francia o Italia, donde el debate va más rápido.

"Nos adaptaríamos (a la prohibición de mantener a los repartidores como autónomos), aunque cambiaría radicalmente el perfil del mensajero, ya que quienes trabajan con nosotros lo que nos piden es flexibilidad. Pero, en caso de que tengamos que trabajar con empleados, también funcionaría.", ha insistido.

De hecho, el cofundador de Glovo ha defendido la relación laboral que mantienen actualmente con los repartidores y ha recordado que éstos pueden trabajar para varias compañías y pueden anular los servicios incluso después de aceptarlos, lo que genera problemas logísticos a la firma.

Respecto a si los mensajeros son penalizados al rechazar o anular pedidos, Pierre ha precisado que afecta a un capítulo llamado 'excelencia' -calculado en base a la puntuación que les dan tanto los usuarios como los establecimientos donde recogen los pedidos-, pero ha incidido en que incluso en ese caso "tienen acceso a muchas horas por semana".

"Hay horas donde hay más oferta de repartidores que demanda, y por sentido común priorizamos en esas horas a los mensajeros que dan buen servicio y hacen más servicios", ha detallado.

Desde Glovo han creado un departamento de políticas públicas para tratar este asunto con las administraciones, y su apuesta pasa por un "modelo híbrido" en el que los repartidores sigan siendo autónomos, pero "con más coberturas", en línea con el camino seguido por otros países.

Pierre ha apuntado que los mensajeros de Glovo en España -tenía más de 5.000 activos a mes de octubre- cobran de media 5 euros por un pedido que suelen tardar entre 30 y 35 minutos en completar.

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