Noventa años y al borde del banquillo

Si nada lo remedia, esta anciana que vive en una residencia de Ejea de los Caballeros será juzgada en diciembre y, en caso de que sea declarada culpable en sentencia firme, sobre el papel podría dar con sus huesos en la cárcel

Noventa años y al borde del banquillo
Noventa años y al borde del banquillo

La máxima de que la vejez no supone un salvavidas para librarse de la Justicia se confirma para una mujer de 90 años, a punto de pasar por el banquillo en la Audiencia de Cantabria acusada de apropiación indebida por haberse quedado con dinero de una prima de la que era tutora legal, según sostienen el fiscal y la acusación.

Si nada lo remedia, esta anciana será juzgada próximamente, en diciembre, y, en caso de que sea declarada culpable en sentencia firme, sobre el papel podría dar con sus huesos en la cárcel, tal y como en su momento les ocurrió a otros condenados mediáticos, como el ex presidente del FC Barcelona Josep Lluís Núñez, que con 83 primaveras ingresó en prisión por "el caso Hacienda".

El empresario José María Ruiz Mateos fue otro de los que entró en la cárcel pasados los 80 y hace poco se ha conocido que Lucía Bosé (87 años) será juzgada por la Audiencia de Madrid, también con una acusación de apropiación indebida por quedarse, supuestamente, con un dibujo de Pablo Picasso que pertenecía a una empleada suya.

Estos casos tumban el falso mito de que a partir de una elevada edad para una persona es más fácil eludir la acción de la Justicia.

Sin embargo, es cierto que juicios a personas que rebasan los 90 no son habituales, ni mucho menos.

En el caso de la mujer de 90 años que verá el tribunal de la sección tercera de la Audiencia de Cantabria, se añaden informes médicos que advierten de los riesgos que podría comportar para ella pasar por el trance del banquillo.

A su elevada edad se une que se encuentra lejos de Cantabria, ya que vive en Ejea de los Caballeros (Zaragoza), donde está internada en una residencia de mayores.

Esta mujer, además de dificultades auditivas y de movilidad, padece deterioro cognitivo moderado e insuficiencia cardíaca. El Instituto de Medicina Legal de Aragón ha entendido, en sendos informes, que no es aconsejable que se desplace a Cantabria para la vista oral, y de hecho está previsto que en el juicio señalado para diciembre su declaración sea por videoconferencia.

Aunque en un informe de hace mes y medio el Instituto de Medicina Legal considera que su estado no supone una situación de riesgo vital inmediato y señala que la opción más aceptable es la declaración por videoconferencia, la médico forense avisa de que una situación de estrés físico o psíquico podría desencadenar una agudización de la patología cardíaca de la mujer, con una crisis que requeriría asistencia médica de forma urgente.

Cinco meses antes de este último informe, la misma médico forense adscrita a este Instituto de Medicina Legal entendió que la asistencia al juicio, "aún por videoconferencia" no sería conveniente por la situación de estrés a la que podría verse sometida la anciana. Y advertía sobre la cardiopatía que padece la mujer y sus posibles complicaciones.

La anciana está acusada de apropiación indebida continuada y tanto la Fiscalía como la acusación particular entienden que se quedó con dinero de una prima suya incapacitada, que tenía Alzheimer y ya fallecida, de la que fue nombrada tutora legal.

El Ministerio Público atribuye a la acusada haberse quedado con más de 118.000 euros y pide para ella tres años y medio de cárcel, mientras que la acusación que ejercen los herederos de su prima elevan el dinero del que dispuso a más de 156.000 euros y su petición de condena a seis años de prisión.

El caso se verá en la Audiencia de Cantabria, cuyos magistrados deberán dilucidar si esta mujer se prevalió de su condición de tutora legal para quedarse con el dinero.

Durante la instrucción no cuajó el argumento esgrimido por su defensa, de que parte del dinero lo cogió para comprar un piso más confortable para ella y para su prima.

Ahora parece que esta mujer se ve abocada al juicio y, habida cuenta de las peticiones de condena que afronta, de tres años y medio y seis años de cárcel, si al final la declaran culpable se abriría un nuevo escenario incierto: el de si podrá ir a la cárcel con más de noventa años.

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