¿Cómo se le pasó por la cabeza hacerse diplomático?

Con 16 años toda la familia nos trasladamos a Alemania por motivos de trabajo de mi padre. Hasta ese momento no se me había pasado por la cabeza. La diplomacia era para mí una desconocida. El ambiente de distintas culturas e idiomas y conocer lo que pasa en el mundo fue lo que realmente me inclinó. Cuando volví a España con 18 años para estudiar Derecho empecé a hacer cursos para mejorar los idiomas enfocándolos a lo que quería ser: diplomático.

Su padre estuvo en el Ala 31 y ahora está en Indonesia. ¿Ha sufrido el reciente tsunami?

Mi padre, que es militar y estuvo muchos años en el Ala 31, es ahora el agregado militar de la Embajada de España, por lo que le tocó vivir el tsunami. Por suerte ningún español sufrió daños.

¿Qué asignaturas eran sus preferidas en Derecho?

Disfruté desde el principio con las asignaturas de Derecho Internacional Público y Derecho de la Unión Europea. Y luego hice el máster del Instituto de Estudios Europeos, cuando estudiaba tercero, así que era el más joven. Ya me enfocaba hacia la diplomacia. Por eso estudié también alemán, inglés y francés.

¿La oposición de diplomático es tan dura como la de juez? ¿A qué destino le han enviado?

La oposición es de las difíciles y se puede comparar con la de judicatura, aunque tiene su singularidad. Además de memorizar temas de Derecho, Economía e Historia hay que estar informado de la actualidad y leer la prensa española e internacional cada día. Hay que saber dos idiomas para la traducción y preparar un ensayo, que nos implica estar formados en política, sociología y temas legales. La media de sacarla son tres o cuatro años. Tuve la suerte de sacarla en dos, con 24 años. Estoy destinado en la Dirección General de Españoles en el Exterior y Asuntos Consulares y Migratorios para ayudar al español que está fuera.

¿Y hasta dónde quiere llegar?

Mi aspiración es llegar a ser embajador, el mayor honor de representar a tu país. Me atrae mucho Asia y, en especial, el sudeste asiático. Pero estamos para lo que nos pidan. Tengo un margen de cuatro años para ir al extranjero.

¿Eso es porque allí están sus padres y le han abierto el camino?

Es curioso que coincida la zona que más me gusta con la que están ellos. Eso me anima. Es una región que está siendo descubierta. Estados Unidos mira cada vez más hacia Asia y es el futuro. Es un continente muy interesante.

¿Tiene algún otro hermano que vaya seguir su camino?

Tengo un hermano, pero ha seguido la carrera militar.

Los militares siguen mucho la política internacional...

Sí, es verdad. Mi padre nos inculcó la disciplina militar y la curiosidad por lo que pasa en el mundo. Como estuvo en el Ala 31 pasó desde Bosnia hasta Afganistán, Kosovo, Iraq y Libia.

El Dumbo (el avión Hércules) que pilotaba su padre ha dado la vuelta al mundo, así que le habrá contado muchas cosas...

Por supuesto, le quedan pocos países por conocer. Diplomacia y Ejército, sobre todo del Aire, están muy ligados. No soy militar, pero sirvo a España. De hecho, mi padre es agregado militar en una embajada y eso pone de manifiesto esa relación.

¿Cree que Europa está en crisis ante los nacionalismos?

Javier Solana dijo que nadie como Europa había conocido los riesgos de los nacionalismos. España debe ayudar para crear una Europa muy unida. Somos un país fuerte y el sexto en representación. Además, el castellano es el segundo idioma que más se habla.

¿Qué opina sobre la avalancha de la inmigración en España?

España tiene una baza en Europa por cómo gestiona las fronteras y sus relaciones con países vecinos. Eso evita problemas.

¿Qué acuerdo le gustaría firmar?

Unificar el ejército europeo.