Sólo 15 presos yihadistas se acogen al plan voluntario de desradicalización

En la actualidad hay sometidos a control 250 internos en un total de 50 centros penitenciarios dependientes de la administración central.

Cárcel de Zuera.
Los presos yihadistas tienen vedadas las charlas para musulmanes
José Miguel Marco

Sólo 15 presos yihadistas participan de forma voluntaria en los programas de desradicalización de las cárceles españolas, en las que actualmente hay recluidas 250 personas por actividades relacionadas con este tipo de terrorismo, una cifra que supera ya la de los reclusos etarras.

Estos programas, que, en suma, pretenden desvincular al preso de la violencia sin "tocar" sus ideas religiosas o su ideología, forman parte del plan de control de presos para prevenir la radicalización que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias puso en marcha en 2014.

Dos años después, Prisiones inició los programas voluntarios de desradicalización en las cárceles impartidos por psicólogos que ofrecen ayuda al preso para superar los planteamientos que sustentan su ideología totalitaria y terrorista.

Según han indicado fuentes de este organismo, en la actualidad hay sometidos a control 250 internos en un total de 50 centros penitenciarios dependientes de la administración central.

De ellos, 129 (en 2014 eran 45) pertenecen al primer grupo o grupo A, destinado a reclusos preventivos o penados por hechos relacionados con el terrorismo yihadista, de los que 65 tienen nacionalidad española.

Otros 39 (9 cuando empezó el programa) están incluidos en el grupo B, el de presos que no están condenados por terrorismo pero sí se detecta en ellos una actitud de liderazgo o proselitista, es decir, carismáticos que pueden llegar a ser captadores o reclutadores.

Mientras, en el grupo C se hace seguimiento a 82 internos (33 en el inicio del programa). Son reclusos a los que se les controla por presentar indicios de fanatismo o por sufrir una situación de frustración personal o de exclusión social que les hace más vulnerables a la captación y radicalización.

Además de las medidas del plan que se desarrollan en el interior de los centros, Instituciones Penitenciarias somete a evaluación a los imanes que entran en las cárceles para realizar labores de culto, a fin de evitar que entre los líderes religiosos musulmanes se cuele alguno con otros objetivos, como los de contribuir a la radicalización.

De los datos facilitados a Efe por Instituciones Penitenciarias se desprende que el número de reclusos por delitos relacionados con el terrorismo yihadista -ya sean pertenencia a banda armada, enaltecimiento o captación, entre otros- supera ya al de los presos de ETA.

Según esas mismas fuentes, en la actualidad hay en España 234 reclusos de esa banda terrorista repartidos en 71 prisiones de todo el país, y de ellos, solo 6 son preventivos, es decir, aún no han sido condenados.

Dos internos están ya en tercer grado, es decir, en régimen abierto. Se trata de Olga Sanz y Javier Moreno, que formaron parte del comando Vizcaya de ETA y estaban presos en el centro penitenciario de Asturias, pero tras acceder al tercer grado, fueron trasladados a la cárcel de Basauri (Vizcaya).

En ambos casos, según aseguró en su día Instituciones Penitenciarias, se cumplían los requisitos establecidos por la ley: haber cumplido tres cuartas partes de la condena, haber abonado la responsabilidad civil, haber pedido perdón a las víctimas, desvincularse de la banda terrorista, renunciar expresamente a la violencia y mostrar su disposición a colaborar con las autoridades.

Un total de 19 presos etarras cumple condena en régimen ordinario o segundo grado y muchos de ellos ya están en cárceles próximas al País Vasco o Navarra.

El resto de los reclusos de la banda terrorista permanece en primer grado penitenciario, en el que habitualmente son clasificados los presos más peligrosos.

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