Vicente Lafuente: "Debemos lograr que a los jóvenes les atraiga más la construcción"

Lafuente es responsable de la Fundación Laboral de la Construcción, organización gestionada a partes iguales por los sindicatos y la patronal.

El sector de la construcción demanda empleados cualificados, pero hay un déficit de ellos en el mercado. ¿Por qué sucede eso?

Es un clamor. Este desajuste tiene explicación si analizamos las cifras de parados: el 80% carecen de la formación necesaria. Son personas que acudieron en aluvión a la obra con el ‘boom’, dejaron los estudios y no se formaron. Ahora son peonaje, y las empresas en principio no los demandan. El sector crece con otros parámetros.

¿Con cuáles?

Más industrializados y con más herramientas digitales en la gestión de la obra. De ahí que pidan mano de obra más cualificada para estos trabajos, como prefabricados, procesos de gestión industrializados o modelado para la información de la construcción.

¿Qué formación precisan y cuánto tiempo requiere?

Formación profesional, con cursos que duran dos años. Los fines de la Fundación Laboral de la Construcción son precisamente la cualificación de la mano de obra, la prevención de riesgos laborales y el empleo. Si profesionalizamos el sector, las empresas tendrán más interés en no prescindir de esos trabajadores cuando haya un amago de crisis. Es lo que no pasó con la última, que barrió todo el sector. Pero si los procesos de construcción de la obra son más tecnificados, más sostenibles e innovadores, también crecerá el valor de la mano de obra.

¿Cuántos alumnos pasan por el centro al año?

En 2017 tuvimos en la Fundación 3.500 alumnos en total, en todas las especialidades. Las más demandadas son prevención de riesgos laborales, albañilería, caída de alturas, espacios confinados, montaje de andamios… Las empresas demandan especialistas en albañilería con certificados de profesionalidad, trabajadores con ciertas cualificaciones digitales, que sepan manejar tabletas, y sobre todo empleados polivalentes, multifuncionales, que sean versátiles.

El empleo femenino en la construcción sigue siendo muy minoritario, pero en el último año creció más de un 10%.

Queremos emprender proyectos específicos con otras entidades, y también con el Gobierno de Aragón, precisamente para fomentar la empleabilidad de la mujer en el sector de la construcción. Está infrarrepresentada. Es un desperdicio de recursos, porque al final el sector solo se puede dirigir a la mitad de la población. Ese 10% no es significativo y además está concentrado en tareas administrativas y técnicas.

Y ¿puede extenderse a otros ámbitos?

¿Por qué no? Ahora no existe la penosidad de hace 20 años; hay maquinaria, hay otras técnicas como el pladur, yeso laminado, donde la carga física es baja. La mujer está igual de capacitada que el hombre.

También hay un desequilibrio en cuanto a la edad.

Sí, otro déficit del sector es la atracción de jóvenes. En general, aquí en España tenemos un problema con la FP: todos los chicos, por cultura de los padres más que otra cosa, quieren ir a la universidad, aunque luego trabajen de lo que trabajen. Pero, en materia de inserción laboral, la formación profesional es más eficaz. En nuestra Fundación hay un 90% de chicos que se gradúan aquí y que al día siguiente tienen empleo. Y el otro 10% es porque quiere seguir formándose. Y sin embargo detectamos que los jóvenes siguen siendo renuentes. Tenemos que hacer un esfuerzo para cambiar la imagen del sector, para que la construcción atraiga más a los jóvenes.

El sector se va a disparar un 7% este año, según un reciente informe. ¿Qué supone eso?

Es un crecimiento desigual. Hay zonas donde la reactivación es muy fuerte, como Madrid o algunas zonas de la costa, y otras donde es más moderada, como Aragón. Pero sí que aquí tenemos una reactivación contrastada; yo creo que cerraremos el año en un crecimiento del 4% o 5%.

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