Los críticos del PSOE se aprestan a cerrar filas con el presidente Sánchez

Los recelos dan paso al optimismo y ya hablan de "oportunidad" para ganar impulso de cara a las autonómicas de 2019.

La bancada socialista aplaude en pie una de las intervenciones de Sánchez en el debate de la moción de investidura.
La bancada socialista aplaude en pie una de las intervenciones de Sánchez en el debate de la moción de investidura.
J. J. Guillén/Efe

Nada une más que el poder. Es una máxima incuestionable que ahora se ha hecho patente en el PSOE, un partido surcado por las cicatrices que han dejado seis años de cuchilladas internas, desde la caída de José Luis Rodríguez Zapatero a la victoria definitiva de Pedro Sánchez sobre Susana Díaz en mayo de 2017. Es cierto que hace ya un año que los críticos con el secretario general entendieron que debían admitir la derrota y remar en la misma dirección que la ejecutiva federal o, por lo menos, no interponerse en su camino. Desde el viernes, aplauden sin contemplaciones su audacia.

El whatsapp de Sánchez y las cuentas de Twitter de los principales barones socialistas, pero también de parlamentarios y exdirigentes que lo consideraban un político inconsistente, irresponsable y cegado por la ambición, se llenaron de felicitaciones y gestos de reconocimiento hacia su figura en el mismo momento en que los 180 votos de diputados del PSOE, Podemos, Izquierda Unida, Compromís, En Marea, En Comú, PNV, Esquerra, PDECat, Bildu y Nueva Canarias le convirtieron en el séptimo presidente de la democracia.

Una de las primeras en dar la bienvenida a su nuevo mandato fue la presidenta de la Junta de Andalucía. También lo hizo el castellano-manchego Emiliano García-Page. Los dos se significaron en 2016, tras las elecciones generales, y en 2017, durante la campaña de las primarias, por su desconfianza en el concepto de nación del hoy jefe del Ejecutivo.

El vuelco tiene varias justificaciones. Por un lado, en la batalla interna del PSOE se exacerbaron tanto los ánimos que, a menudo, se magnificaron los argumentos contra el adversario. Por otro, es cierto que en lo que va de legislatura Sánchez ha demostrado que consideraba la respuesta a la crisis territorial y la amenaza de la soberanía nacional asuntos de Estado. Pero también, y sobre todo, hay un claro ejercicio de pragmatismo. Los socialistas que tienen que renovar sus cargos institucionales en ayuntamientos y comunidades autónomas dentro de un año han asumido que lo peor que pueden hacer ahora es escenificar la más mínima fractura y que toca aprovechar el potencial impulso que pueda darles ocupar el Gobierno de España.

Antes de que los acontecimientos se precipitaran y convirtieran la moción de censura en imparable, algunos dirigentes territoriales admitían su temor a que el electorado no entendiera que Sánchez llegara a la Moncloa a lomos de las fuerzas que llevan años en una ofensiva sin freno para "romper España".

Otros creían que la sentencia del caso Gürtel había colmado tanto el vaso que no importaría ganar la moción con su apoyo, pero recelaban de la idea de intentar gobernar un tiempo en lugar de convocar elecciones de manera más o menos inmediata. Ahora, admiten que el hecho de tener el BOE puede ayudarles en su agenda territorial.

Un tiempo muy difícil

No es que no haya temores. "Todo dependerá los movimientos que haga Pedro, desde los nombramientos de ministros a las medidas que impulse, pero se abre un tiempo muy difícil; ya hemos visto la estrategia del Partido Popular", dice un dirigente regional.

En el grupo parlamentario, incluso entre aquellos que pertenecen a federaciones críticas o los que por sí mismos nunca se han sentido cercanos al ‘sanchismo’, se respira, sin embargo, optimismo. "Estamos en mucha mejor posición de la que estábamos –dice un diputado andaluz–. Es verdad que yo me habría pensado mucho presentar la moción, pero una vez haces la apuesta hay que intentar ganarla; esto nos abre una oportunidad".

"Hace una semana estábamos al margen –dice otro representante del centro de España–; esto nos pone en el foco. Nadie dice que vaya a ser fácil pero al menos esta posición nos permitirá cobrarnos alguna pieza simbólica, tipo la ‘ley mordaza’, y si es posible, sin tocar las cosas de comer, ir a las elecciones con un discurso de recuperación de las políticas sociale".

Por otro lado, la secretaria general del PSE-EE, Idoia Mendia, dijo este sábado que el Gobierno de Pedro Sánchez abre una "etapa de decencia en el Gobierno y de honestidad y justicia social en las políticas públicas". La Fiesta de la Rosa celebrada en Durango se ha celebrado en un tono enfervorecido al ser "el primer día tras la era oscura de Rajoy", dijo Mendia Mientras, el portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Óscar Puente, afirmó que la estabilidad pasa porque los gobiernos "agoten los mandatos" y no por "acudir a las urnas cada dos por tres".

La imagen de los diputados socialistas en fila, el viernes, para abrazar y besar al mismo secretario general que en octubre de 2014, ya expulsado de la dirección del partido, renunció a su escaño para evitar la abstención en la investidura de Mariano Rajoy es la de una victoria inimaginable también en el plano interno. Dure lo que dure en estos tiempos de política efímera, Sánchez ya ha logrado inocular cierta ilusión en sus filas.

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