Actúa la Justicia
Se ha hablado mucho de la imagen de intransigencia que proyectaría España debido al encarcelamiento de los líderes secesionistas; como se ha criticado la judicialización del conflicto. Sin embargo, basta comparar la dureza o la firmeza del discurso de Macron en Córcega con las amplísimas capacidades de las que ha disfrutado Cataluña durante los cuarenta años de autonomía, para ver con claridad que es en España, y no en Francia, donde más se respetan y se cultivan la idiosincracia y la singularidad de las regiones. Si en algún sitio se ahoga la diversidad territorial en beneficio de la unidad, será al norte y no al sur de los Pirineos. Aquí pecamos, si acaso, de lo contrario. El crimen de los secesionistas no ha sido proponer la secesión, sino situarse al margen de la ley y pretender dinamitar la Constitución. Frente a ello, la respuesta serena y paulatina de la Justicia jugará, a la larga, a favor de la imagen de una España en la que el Estado de derecho hace valer su fortaleza, a través de los tribunales, con templanza y sin aspavientos. Y cuando los independentistas se decidan de una vez a volver a la ley, de la que nunca debieron apartarse, entonces, y solo entonces, será la hora de la política.