Tres meses de parálisis

El candidato a la Generalitat Jordi Sànchez ha anunciado que renunciará a su acta parlamentaria. Allana así la investidura de otro independentista. No obstante, si la CUP mantiene su abstención, Puigdemont y Comín deberán renunciar también. Si no lo hacen, prolongarán la parálisis de Cataluña con la celebración de unas nuevas elecciones.

Jordi Sánchez, presidente de ANC, en imagen de archivo.
Puigdemont ficha a Jordi Sánchez para disputar a ERC la hegemonía soberanista
APF Agencia

Tres meses después de la celebración de los comicios en Cataluña, el escenario político sigue siendo un gran embrollo. Es cierto que el gesto del expresidente de la ANC Jordi Sànchez de retirarse de la política abre el camino a una posible salida. Hoy mismo, el presidente del Parlament podría anunciar una nueva ronda de contactos para presentar un candidato, que sería el exconsejero Jordi Turull. Sin embargo, tampoco este escudero fiel de Artur Mas y Carles Puigdemont tiene vía libre para encabezar por fin la Generalitat. El secesionismo sigue estando cautivo de la CUP, que por ahora insiste en que se abstendrá en una investidura del nuevo nombre que presente JxCat. Con esta situación, la llave está en manos de Puigdemont y del exconsejero Toni Comín: si ambos abandonan sus actas de diputados, JxCat y ERC obtendrían 66 votos, suficiente para imponerse en una segunda ronda en el pleno del Parlament. Pero Puigdemont es impredecible y varias veces ha amenazado con forzar una repetición de las elecciones.

Mientras tanto, la Comunidad sigue paralizada. Los dirigentes soberanistas pusieron el grito en el cielo cuando surgió la amenaza de aplicar el 155 ante su reiterado incumplimiento de la ley. Sin embargo, desde hace tres meses han podido poner fin a su aplicación y no han querido encontrar una salida a su conflicto interno.