Carlos Manuel García Galindo, capitán: "A -35º es mejor un refugio de nieve para dormir que una tienda"

Capitán del Batallón Pirineos, García Galindo (Zaragoza, 1986) ha sido el único español en el Curso de Guerra Invernal de Noruega este año.

El capitán García Galindo, durante el curso en Noruega.
El capitán García Galindo, durante el curso en Noruega.
Heraldo

El capitán Carlos Manuel García Galindo, del Batallón Pirineos, perteneciente al Regimiento Galicia 64 de Cazadores de Montaña, ha sido el participante español en el curso de Guerra Invernal de Noruega este año, junto a otros 48 alumnos de los ejércitos de Canadá, Holanda, Italia, Estonia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos de América.

¿Por qué ha sido el único español que ha participado?

La Escuela de Noruega, que imparte este tipo de cursos, ofrece una serie de plazas a los países aliados de la OTAN y a los que son amigos del ejército noruego, y entre ellos está España, que contestó que sí que había interés y me propuso a mí, como miembro de las unidades de montaña y con experiencia en este campo.

¿Cuál es el objetivo del mismo?

Formar e instruir a militares, suboficiales y oficiales fundamentalmente, para el mando de unidades tipo pelotón-sección en condiciones de frío extremo. Y formar o capacitar a estos militares para que sean asesores del mando en sus ejércitos, o asesores de la vida, movimiento y combate en clima frío.

¿A qué temperaturas se han enfrentado?

El día más frío había 36 grados bajo cero. También hemos tenido temperaturas de -1 y -2, nunca sobre cero. Hemos soportado un rango de temperaturas muy amplio, aunque normalmente siempre por debajo de los -16 grados.

¿Cómo se sobrevive en esas condiciones?

Haciendo un uso adecuado del vestuario, siguiendo una rigurosa disciplina de cuidado y mantenimiento tanto del material como del equipo. Incluso cosas tan simples como una alimentación e hidratación adecuadas son muy importantes en estas circunstancias. Así se consigue sobrevivir, o hacer del frío o clima extremo una situación normal para el cuerpo humano. No estoy diciendo que no se pase frío, pero se afronta con facilidad.

¿Hay algún truco?

Estar en movimiento, realizar un ritmo de trabajo constante pero que no sea excesivamente forzado, ya que al sudar la humedad produce una sensación térmica aún de más frío.

¿Y por la noche?

En los ratos de descanso hay que utilizar equipos adecuados, sacos de dormir con capacidad térmica alta para poder descansar. También depende de dónde se duerme, para que la temperatura exterior se note más o menos. Lo mejor es un refugio de nieve. Se pasa mucho menos frío en un iglú, fosa o cueva que en una tienda. La temperatura en el interior de la nieve es constante, en torno a cero grados, y en una tienda puede bajar mucho más.

¿Hay muchas diferencias entre las prácticas del curso y la instrucción que realizan en el Pirineo oscense?

Hay muy pocas, porque aquí aplicamos tareas de instrucción similares o idénticas a las de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales de Jaca. Lo único que no solemos practicar es la caída y rescate en lagos helados, porque por la morfología y tipo del terreno no suele ser necesario cruzar un lago. La otra diferencia es el frío: en España los inviernos son más suaves.

¿Qué actividad realizan en una jornada normal en Jaca?

La instrucción técnica de montaña tiene un gran peso en nuestra unidad debido a que es el medio en el que nos movemos. Para combatir, operar o hacer una misión es imprescindible saber vivir y moverse en esas condiciones. Hacemos marchas con esquís o raquetas, prácticas de rescate en avalanchas, refugios en nieve, conducción de vehículos, etcétera. También realizamos formación física, porque es esencial para un militar, sobre todo en este caso para auxiliares de montaña sí que requiere una preparación extra, por la dureza del terreno y los desniveles que afrontamos cuando nos movemos sobre el mismo. Igualmente hacemos instrucción táctica.

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