Gabriel Cruz se suma a lista de otros casos de menores asesinados por familiares
Los hermanos Ruth y José Bretón o Asunta Basterra también fueron asesinados por familiares cercanos.
El caso de Gabriel Cruz, hallado muerto tras desaparecer en Níjar (Almería) hace 12 días, podría sumarse tristemente a una lista de menores desaparecidos y posteriormente hallados asesinados por familiares cercanos, si se confirma que fue la pareja de su padre, Ana Julia Quezada, la autora de su muerte.
Entre los casos más sonados y que conmocionó a España se encuentra el de José Bretón, que tras fingir haber perdido a sus dos hijos, Ruth de 6 años, y José de 2, el 8 de octubre de 2011 en un parque cordobés, fueron hallados en la hoguera de una finca propiedad del padre de los pequeños. Bretón fue condenado a 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato llevado a cabo de forma premeditada para vengarse de su exmujer, Ruth Ortiz, por haberle abandonado.
Otro caso mediático fue el de la muerte de Asunta Basterra. En 2013, Rosario Porto y Alfonso Basterra, residentes en Santiago de Compostela, denunciaron el 21 de septiembre la desaparición de su hija adoptiva de 12 años de edad. El cuerpo sin vida de la pequeña fue encontrado al día siguiente con signos de violencia en una pista forestal del municipio coruñés de Teo. Los padres de Asunta fueron condenados a 18 años de prisión cada uno de ellos por el asesinato de la menor, con la agravante de parentesco. La sentencia de la Audiencia Provincial de La Coruña consideró probado que ambos acusados asfixiaron a su hija tras suministrarle en la comida una cantidad de medicamento que contenía Lorazepam.
Reciente es el caso de la pequeña Naiara, la niña de 8 años asesinada en Sabiñánigo (Huesca) en julio de 2017 a manos de su tío político tras sufrir una brutal paliza y crueles torturas.
Cuatro años tenía la pequeña Erika cuando desapareció en mayo de 2003 en O Carballino (Orense). Su cadáver fue hallado en un camión de basura apenas unas horas después de perderse su rastro. En enero de 2006, la Audiencia Provincial de Orense condenó a la madre de la pequeña a 36 años de cárcel -rebajados posteriormente a 21- y a su excompañero sentimental a 34, por delitos de maltrato continuado y, en el caso del segundo, por agresión sexual.
El año 2002 fue el año de la desaparición y muerte, en Almería, de la niña de etnia gitana Montse Fajardo, de 7 años, asesinada por varios familiares que fueron condenados.
Tres años tenía el pequeño Alejandro que desapareció el 8 de febrero de 2015 en la localidad malagueña de Rincón de la Victoria (Málaga), horas antes de ser localizado su cadáver en una balsa de agua en los Montes de Málaga. Condenado por estos hechos fue un hombre, expareja de la madre, que confesó que dejó ahogarse al menor tras un desencuentro con su progenitora.
