Artur Mas intentó frenar el proceso separatista un año antes del referéndum

Artur Mas comparecerá como investigado este martes ante el Supremo por los supuestos delitos de secesión y rebelión. La prueba de cargo contra quien fuera presidente de la Generalitat entre diciembre de 2010 y enero de 2016 serán los informes de la Unidad de Policía Judicial de la VII Zona de la Guardia Civil que revelan que el exmandatario estuvo en las reuniones al "más alto nivel" en la que los líderes independentistas de Esquerra y la antigua Convergència pactaron la hoja de ruta hacia la república.

Pero los últimos informes que el instituto armado ha remitido al juez Pablo Llarena también desvelan que Artur Mas intentó frenar en aquellas mismas reuniones el órdago del 1-O, un año antes de que el referéndum ilegal se celebrara. Los documentos de la Guardia Civil apuntan a que el expresidente fue durante meses una suerte de ‘’pepito grillo’ del independentismo. De hecho, vaticinó que el Estado se "cargaría" cualquier intentona independentista y que las empresas y los bancos no responderían favorablemente a la declaración de la independencia.

Los atestados policiales, una vez más, se basan en la ya famosa agenda ‘Moleskine’ que la Guardia Civil se incautó el 20 de septiembre en la ‘operación Anubis’ en el registro de del domicilio del número dos de Oriol Junqueras, Josep María Jové. El también secretario general de Vicepresidencia, considerado por los investigadores como el verdadero ‘alma mater’ del 1-O, dejó plasmadas en sus notas sus impresiones sobre las citas en las que participó con el núcleo duro del ‘procés’ y, sobre todo, reflejó las dudas de Mas.

"Al más alto nivel"

En su ‘Moleskine’, revela la Guardia Civil, Jové escribió sobre una "reunión al más alto nivel" que se celebró el 22 de septiembre de 2016, poco más de un año antes del 1-O y en la que, además de Mas y Jové, estuvieron presentes, entre otros, Carles Puigdemont, Oriol Junqueras o Marta Rovira. El informe señala que en ese encuentro se pactó "aprobar las leyes de desconexión en junio o julio de 2017", finalmente se aprobarían el 6 y 7 de septiembre. "En esa reunión Mas mostró dudas" sobre qué pasaría, una vez aprobada la independencia, en el "tráfico financiero, la seguridad, las reacciones del Estado, el papel del Parlament y de las grandes empresas".

No era la primera vez que Mas avisaba. La Guardia Civil se hace eco de otros apuntes que Jové dejó en su agenda el 31 de agosto de 2016, en otro conclave en el que también participaron los entonces consejeros Jordi Turull y Raül Romeva. En aquella ocasión, "Mas reprochó que la CUP hubiera obligado a cambiar el planning inicial, puesto que estaba exigiendo la realización de un referéndum que no estaba previsto en el programa de Junts pel Sí". Dijo además que no había forma de "controlar" las consecuencias de esa consulta y avisó que el "Estado sabía cómo cargárselo (el referéndum) tras la experiencia del 09.11.2014 (la consulta independentista del 9-N que promovió el propio Mas)".

La Guardia Civil deja claro que Mas, a pesar de su renuncia a la Presidencia de la Generalitat en enero de 2016 para facilitar la investidura de Puigdemont con el apoyo de la CUP, estuvo al tanto de los movimientos para organizar el 1-O desde el inicio, y se mostró contrario a la consulta.

Los atestados revelan que el 23 de febrero de 2016, el expresidente asistió a otro encuentro con su sucesor, Rovira, Junqueras, Jové y Turull, entre otros, en el que se dio el visto bueno a la "tramitación de las leyes de ruptura" con el Estado español, la del referéndum y la de transtoriedad jurídica.

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