Concienciar a empleados, el método frente a las muertes laborales de tráfico

Incluso en un simulador con la ingesta de alcohol se pierde la perspectiva espacial y se reduce de forma drástica el tiempo de reacción.

La sensación de estar en una realidad distorsionada varía en función de si se han tomado tres cervezas o si además se han mezclado con otras bebidas de mayor graduación: en el primer caso cuesta no perder el equilibrio sobre una línea recta; en el segundo apenas se puede mantener la verticalidad.

Aunque son las consecuencias habituales tras el consumo de alcohol, en este caso no hay bebidas ni copas con hielo, sino unas gafas especiales que simulan la visión de una persona ebria y una pantalla en la que se puede seleccionar la cantidad de alcohol ingerida, sin arriesgarse después a ninguna sanción económica.

Todo forma parte de los talleres que algunas aseguradoras imparten a empresarios y empleados para concienciarles de una realidad creciente: la siniestralidad en accidentes laborales de tráfico, la segunda causa de muerte en el trabajo y que dejan a los empleados que corren mejor suerte unos 45 días de baja médica.

Incluso en un simulador, los resultados son evidentes: se pierde la perspectiva espacial y se reduce de forma drástica el tiempo de reacción ante cualquier adversidad, entre otros efectos que varían en función del grado de alcoholemia.

Pero todo en la sala está controlado: desde las adversidades -de clima, de condiciones en la vía o de infracciones de otros usuarios- que se presentan mientras se conduce un coche en un simulador hasta la asistencia de socorro a una víctima que acaba de sufrir un accidente de tráfico.

"Lo instintivo es sacar del coche a las víctimas de un accidente de tráfico, pero eso solo lo debemos hacer en caso de riesgo inminente porque si no podríamos causar más daños a la persona", recuerda un enfermero instructor que, en este caso, no es simulado.

Eladio González, director de Prevención de la aseguradora Ibermutuamur, que desde hace dos años forma a empresarios y empleados sobre este aspecto, asegura a Efe que "las medidas preventivas deben consistir en la mejora de la percepción de ese riesgo laboral, eliminar las rutinas y evitar cualquier tipo de distracción".

Los talleres se inician con un vídeo explicativo en el que se destierran todos los malos hábitos adquiridos en conducción, como la posición correcta del asiento, la forma en que se maneja el volante o la sujeción adecuada del cinturón de seguridad.

Aunque algunos de estos consejos puedan parecer obvios, no se trata de un asunto de menor importancia, ya que según recuerda el coordinador de Prevención de esta aseguradora, José Agustín Rubio, "el 92 por ciento de los conductores con más de cinco años de carné de conducir no superaría de nuevo las pruebas para obtener el permiso".

No obstante, según datos del Instituto Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo (INSSBT), de entre los 64.737 accidentes laborales de tráfico que se produjeron en 2016, seis de cada diez fueron en desplazamientos de casa al trabajo, supuesto en el que las medidas de prevención tienen menor eficacia.

Por ello los talleres también inciden en la necesidad de que los conductores presten la debida atención al volante, sobre todo cuando se trata de esos trayectos diarios, en los que más fácilmente se dan las distracciones.

Además de concienciar a los propios empleados, Ibermutuamur también insiste en que las medidas se tomen desde las empresas, una de las mayores perjudicadas por estos accidentes de tráfico: según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en 2016 se perdieron 2,5 millones de jornadas de trabajo por estos hechos.

Fomentar que los trabajadores se desplacen en transporte público o en vehículos colectivos de la empresa, formar a los trabajadores en técnicas de conducción y recopilar información sobre la movilidad de los trabajadores son algunas de ellas.

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