La Legión tiene un problema de grandes proporciones. Y no es, precisamente, un enemigo externo. Se trata del propio estado físico de sus integrantes: un documento interno del cuerpo revela que un buen número de los legionarios han ido perdiendo la forma física hasta alcanzar una condición nada apropiada para su labor y la imagen que tradicionalmente han proyectado.

El diario 'El País' ha publicado este jueves varios extractos del informe, que pondría de manifiesto que el elevado promedio de edad y el desgaste físico de las unidades han llevado a una situación casi límite, unidos, asimismo, a la "falta de medios e instalaciones que permitan realizar una preparación física diversa y motivante, y una sensación general de conformismo ante este problema del sobrepeso, de cierto arraigo social en nuestra sociedad".

Las medidas de choque quedan reflejadas en el 'Plan IMC' (iniciales de Índice de Masa Corporal), que contemplan penalizaciones para aquellos 'novios de la muerte' que no se pongan las pilas.

Los servicios médicos del cuerpo harán un seguimiento de aquellos que presenten una situación de sobrepeso u obesidad, ya sea moderada o severa. En función de los resultados se le impondrá a cada soldado una dieta y un entrenamiento tipo.

El menú

El régimen alimenticio, según ha desvelado el rotativo madrileño, es el siguiente: yogur y plátano al levantarse; a media mañana, infusión o café, tostada y naranja. Para comer, una ensalada, un plato (si son dos, no llenos), fruta o yogur y agua.

A media tarde podrían tomar infusión, leche o Actimel y una pieza de fruta o una barrita energética. Por último, en la cena ingerirán verdura hervida o ensalada y un alimento a la plancha.