Nacen diez oseznos en el Pirineo

Las autoridades catalanas han calificado este hecho de hito histórico desde que se reintrodujo al oso en la zona.

Un oso captado por una cámara en una zona del Pirineo catalán.
Un oso captado por una cámara en una zona del Pirineo catalán.
piroslife.cat

Diez crías de oso nacieron en el Pirineo durante el año pasado, un hito histórico desde que fueron reintroducidos en 1996, con lo que ya son 31 los ejemplares de plantígrados que habitan esta cordillera, donde han empezado a despertar de su hibernación.

Los técnicos de la Generalitat de Cataluña, que hacen un radioseguimiento de los osos, han conseguido tomar las primeras imágenes del año de los ejemplares, que se han recluido durante los meses de frío y que pronto iniciarán su actividad más intensa.

La mayoría de los 31 osos contabilizados en el Pirineo viven en la zona de Arán y en el Parque Natural del Alto Pirineo, donde los técnicos continúan implementando el proyecto europeo Piroslife de consolidación del futuro del oso pardo.

Según ha informado la Generalitat, los sistemas de seguimiento y control de la población de osos pardos (Ursus arctos) en el Pirineo han detectado las últimas semanas que ya han despertado de su hibernación.

Los 31 ejemplares contabilizados son 5 machos adultos (Pyros, Goiat, Peludo, Esmolet, y Pepito) y 10 hembras adultas (Hvala -con dos crías de segundo año-, Bambou -con dos de primer año-, Caramelles -con dos de primer año-, Boavi -con dos de primer año-, Caramellita -con tres de segundo año-, Plume -con una de segundo año-, Nheu -con tres de primer año-, Fadeta -con una cría de primer año-, y Patoune y una última osa, sin nombre, que no tienen crías.

Así, según ha destacado la Generalitat, en 2016 se ha conseguido "un hito histórico" entre la población de osos en el Pirineo catalán desde su reintroducción, con el nacimiento de 10 crías.

Según han podido comprobar los biólogos, Goiat ha hibernado durante 107 días -del 28 de noviembre de 2016 al 16 de marzo de 2017-.

Durante estos tres meses y medio, el oso ha despertado varias veces y ha hecho alguna salida de no más de 100 metros de distancia de la cueva que ocupaba, situada en el Valle de Varradòs (Aran), a más de 2.300 metros de altitud, en una zona sin vegetación y totalmente cubierta por la nieve.

Una vez se ha despertado ya ha recorrido todo el valle y ahora se dirige hacia otras zonas de Aran, al parecer buscando carroñas para aumentar rápidamente los kilos que ha perdido durante la hibernación, aproximadamente un tercio de su peso.

Según los biólogos, pronto comenzará la época de celo y buscará, de forma más que probable, hembras para copular.

Goiat está permanentemente controlado gracias al collar emisor que le colocaron antes de liberarlo, lo que permite el equipo de seguimiento conocer sus movimientos, hábitos y costumbres.

El resto de osos se controlan a través del seguimiento de las evidencias de paso.

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