El arzobispo de Toledo achaca a la pérdida del sentido histórico "la fijación actual por las ciencias y la tecnología"

Así hablo Braulio Rodríguez durante su homilía en la Santa Misa en la Catedral Primada en honor a la Virgen del Sagrario.

El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha manifestado que "nuestra fijación actual por las ciencias y la tecnología, como solución a todos los problemas humanos, procede ante todo de la pérdida del sentido histórico". "¿Cómo restaurar el sentido histórico de la vida humana?", se ha preguntado el también Primado de España, quien ha destacado que "la utopía social, la utopía tecnológica ya no crea euforia". "El deseo de producir un superhombre no es ya más que una chapuza de la azarosa evolución", ha advertido.


Durante la homilía en la Santa Misa en la Catedral Primada en honor a la Virgen del Sagrario, ha recordado a los fieles que "el intento de edificar un individuo sin sufrimiento en un universo cableado está animado por un terrible odio a la carne y a la materia tales como nos han sido dadas, puesto que las reduce a materiales que se pueden manipular a voluntad y presupone que la vida no es naturalmente gozosa, ya que hay que forzarla con artificios para arrebatarle sus placeres". "¿Cómo salir de este punto muerto? ¿Buscando un nuevo humanismo? ¿Reactivando las antiguas utopías? Eso sería ceguera o irrisión", ha dicho.


Dicho esto, ha comentado que "la Iglesia defiende cada vez más al ser humano en su jugo", explicando que "la Iglesia elogia los libros, la carne y la sexualidad tal o como nos es dada originariamente". "Hace falta creer en Dios para ser verdaderamente materialista, es decir, para acoger la materia, el cuerpo y el tiempo no como materiales biológicos inferiores, sino también como un orden que concierne al espíritu", ha indicado.

"¿A dónde quiero llegar, hermanos? A mostrar que la modernidad y postmodernidad es una época que se sitúa después de la venida de Jesús; que constituye una sociedad, hablando en general, que se construye como una sociedad sin Jesús; que puede hacerlo; que incluso se dice que esta modernidad nos ha salido bien".


Pero eso, a su juicio, "lleva consigo un problema, que está no tanto en rechazar el Evangelio como ver evangelios por todas partes, o porque el postmoderno se fabrica su propio evangelio en función del mercado, pues se dice que el Evangelio de Jesucristo ya no es evidente". "Sí, hermanos la modernidad puede serlo sin Jesús, pero no dice con quién es o qué es. Y nosotros, los católicos, no podemos estar siempre quejándonos, pues somos responsables de esta situación de nuestra sociedad. Tal vez los que más", ha alertado.


"No vale decir: ¡Ah! Si estuviéramos en una sociedad cristiana, en un mundo con Jesús, entonces veríamos cómo daría yo testimonio de Cristo. Y, ¿cuándo vamos a empezar? Los tiempos que tenemos son los mejores. Jesús no espera para venir a que el mundo sea santo; viene, y sólo pide una cosa: que no merezcamos su venida, porque entonces ya no sería una gracia ni podríamos abrirnos a su alegría", ha destacado el arzobispo de Toledo.

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