El gasto público en Educación cae un 15% durante la crisis

En el mismo periodo, el gasto de las familias ha crecido un 28,2%.

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Guillermo Mestre

El gasto público en Educación se ha reducido un 15% de 2009 a 2014 mientras el de las familias ha crecido un 28,2% en el mismo periodo, según el informe 'Las cuentas de la Educación en España 2000-2013', de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), que hace una radiografía de los recursos, gastos y resultados educativos en España.


Esta es una de las conclusiones del trabajo presentado este martes 8 de marzo en Madrid por los investigadores del Ivie, que han defendido la necesidad de crear un fondo de reserva para Educación como el de la Seguridad Social con el fin de garantizar la estabilidad del sistema educativo español.


"No se ha preservado el gasto público en educación como sí se ha hecho con las pensiones", ha afirmado el director de investigación del Ivie, Francisco Pérez.


La trayectoria irregular de los últimos años del gasto en educación (público y privado), alcanzó su máximo en 2011, con 73.524 millones, y se redujo un 5,7% hasta situarse en 2014 en 69.461 millones. El gasto público pasó de los 46.990 millones en 2009 a los 45.297 en 2011; 39.794 en 2014; y subió en 2015 hasta los 41.167 millones, según estimaciones preliminares procedentes del INE, del Ministerio de Educación y de elaboración propia.


El gasto de los hogares ha sido constante y creciente durante la crisis, pasando de 9.567 millones en 2000 a 12.766 en 2013 (un incremento del 33%) y desde 2009 hasta la actualidad el crecimiento ha sido del 28,2%. En 2010, por ejemplo, cuando la crisis era acuciante, las familias destinaron a la enseñanza 10.050 millones de euros.


Además, el peso del gasto en educación de las familias es del 0,5% del Producto Interior Bruto (PIB) y es superior a la media europea (0,4%). Sin embargo, el gasto del Estado representa el 3,8% del PIB frente al 4,6% de la media europea.

Las familias, al rescate

"Las familias acuden al rescate", ha indicado el director de esta investigación, que ha añadido que se trata de un "esfuerzo muy positivo" porque pone de relieve que "las familias españolas consideran que la educación es muy importante, incluso en momentos de dificultad". Sin embargo, ha subrayado que "no todas se enfrentan a esta situación en las mismas condiciones", algo que, según ha advertido, tiene consecuencias en la igualdad de oportunidades del sistema educativo.


En este sentido, los autores del trabajo señalan que el gasto de los hogares aumenta en función del nivel de renta, de manera que las familias de mayores ingresos dedican cuatro veces más recursos que las familias con ingresos menores. El nivel formativo de los padres y el tipo de centro al que acuden los hijos también influye en el gasto, que se duplica cuando se trata de un centro concertado y se cuadruplica cuando es privado.


Este mayor esfuerzo de las familias ha compensado en parte los recortes en partidas destinadas a servicios complementarios como comedor, transporte, libros de texto y material escolar. Pero donde más se ha incrementando el gasto de las familias ha sido en la Universidad por el aumento generalizado de las tasas de matrícula en las distintas comunidades autónomas.


El informe apunta que el gasto público en educación regalada por alumno creció con intensidad desde 2000 hasta 2008 hasta el 25,5%, pero retrocedió después un 20,3%, situándose de nuevo al nivel del 2000, sobre todo en Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional. 


El estudio también pone en evidencia que una vez alcanzado el nivel de gasto acumulado por estudiante de 50.000 dólares, los resultados educativos en PISA 2012 de los países desarrollados no mejoran por gastar más. Como ejemplo, este estudio señala que España obtiene una puntuación por inferior a la de Italia, Francia, Alemania, Finlandia o Singapur invirtiendo prácticamente lo mismo.


"Esto no significa que gastar más sea absurdo, pero sí es importarte aumentar los resultados. Gastar más para no mejorar, no tiene sentido", ha indicado Pérez García, que ha subrayado la necesidad de que el gasto sea más eficiente, es decir, "gastar más en quien más lo necesita".


Para este investigador, el entorno socioeconómico "importa". "Si un centro público recibe la misma financiación que otro de la misma titularidad y de entornos socioeconómicos distintos, ¿tienen que tener los mismos resultados? La respuesta es no", ha aseverado, para añadir que hay que invertir más para aproximar a quienes tienen más problemas.


Según este informe, un entorno favorable para el aprendizaje por el nivel educativo y sociolaboral de los padres y de las familias del centro aumenta las competencias del alumnado entre 70 y 80 puntos en PISA 2012 respecto a las de un joven que se desenvuelve en un entorno desfavorable, que equivale a dos años de educación adicionales. Las diferencias entre centros públicos y privados con entornos similares son significativas, pero no tanto como las del entorno -entre 20 y 30 puntos-.Incentivos a los centros

Los autores del documento vierten una serie de recomendaciones, entre las que destaca la implicación de los centros en políticas orientadas a los resultados, ofreciéndoles un margen de gestión, incentivos y reconocimiento profesional para la "consecución de objetivos. Para Pérez García, PISA es un indicador, al igual que otros informes sobre las universidades.


"Lo que se necesita es que los indicadores de resultados de regularidad en el avance de los estudios, competencias adquiridas, fracaso o abandono se hagan a escala de centro para que tengan instrumentos para tomar medidas e incentivos para si obtienen mejores resultados, sean reconocidos por ello. El camino está marcado", ha subrayado el director de este trabajo.


Asimismo, otra de las recomendaciones es la creación un "fondo de reserva" para dotar de estabilidad al gasto público, que ha sido "muy irregular en los últimos años". En este sentido, Pérez García ha indicado que una posibilidad es que se acordara un porcentaje del PIB para que haya una dinámica "menos explosiva del gasto, pero una capacidad de gastar más estable".


"Es un buen momento para hacerlo. Tenemos la referencia de lo que se ha hecho con el gasto en pensiones, pues se ha preservado el gasto social con sentido de anticipación", ha apostillado este catedrático.


Otra de las pautas marcadas por los investigadores es la mejora de la información y la evaluación regular de las políticas educativas, así como la promoción del acceso a la educación infantil y el fortalecimiento de Primaria para evitar retrasos y abandonos; el incremento de los recursos de apoyo a los alumnos con más dificultades; el aumento de la implicación de las empresas en la formación; y el refuerzo del gasto público en la formación ocupacional de los parados, que se ha reducido "incomprensiblemente".

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