El joven Francisco Nicolás G.I. permanece "recluido", lejos de la actividad que solía ejercer y de la prensa, mientras continúan la investigación policial, que lleva a cabo Asuntos Internos de la Policía Nacional, y la judicial.

Francisco Nicolás, que fue detenido la semana pasada y puesto en libertad el pasado viernes, continúa abrumado y mantiene -como hizo ante la Policía y ante la jueza- que no cometió los delitos que se le imputan, han explicado fuentes de su defensa.

Reconoce que acudió a numerosos actos, incluida la proclamación de Felipe VI, y llevó a cabo diferentes actividades gracias a los contactos que tenía.

"Acudir a una fiesta, o incluso colarse, no es un delito. En todo caso será un fallo de seguridad", según su letrado, que no ha podido precisar el origen de los contactos del joven ni cómo se relacionaba con personalidades políticas y empresariales.

Sí sabe que sus padres no son adinerados y que el joven solía vivir con su abuela.

Y que durante un tiempo trabajó en una oficina de la calle Carbonero y Sol del exclusivo barrio de El Viso de Madrid, donde ejercía como relaciones públicas de una empresa constructora.

Esta compañía pagaba el alquiler del lujoso chalé, en el que el joven recibía a sus contactos, y también el coche de alta gama que utilizaba normalmente.

La defensa del joven no ha tenido acceso a las diligencias judiciales, ya que ayer cuando acudieron al Juzgado de Instrucción 2 de Madrid les comunicaron que se había decretado el secreto de las actuaciones.

Fuentes policiales han explicado hoy que Francisco Nicolás fue detenido la semana pasada por la unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, que continúa investigando.