Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Adolf o Barrena: «Depender de la caridad de otros me ha marcado mucho»

Se duele de una infancia llena de precariedades y un pasado familiar que le llevaron a vivir el compromiso político desde la clandestinidad. Coordinador general de IU-Aragón y candidato a la presidencia de la DGA, tiene una única aspiración en la vida: ser coherente consigo mismo.

Adolfo Barrena, candidato de IU a la presidencia de Aragón
Adolfo Barrena responde a los lectores de heraldo.es
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Adolfo Barrena (Madrid, 1950) le brillan los ojos y sonríe cuando le pregunto si vino a Aragón por amor, «bueno, llámelo amor o decidir compartir una vida. Estábamos cansados de vernos solo los fines de semana y entonces no había AVE ni autovía a Madrid. Ella no podía pedir el traslado porque trabaja en el Clínico y no estaba aún en la Seguridad Social, solo podía moverse en el entorno de Zaragoza, así que lo pido yo, porque aún no se habían transferido las competencias en Educación y como maestro podía ir a cualquier punto de España». 'Ella' es Nines, la mujer con la que comparte su vida desde hace más de treinta años. «Claro que recuerdo cuándo llegué, fue el 1 de septiembre de 1980 y me acuerdo porque fue el día que me incorporé al instituto de Pedrola; estaba recién elegido José Marco como alcalde del pueblo, que iba como independiente, antes de entrar al PSOE, y allí le llamaban Josecico». Adolfo Barrena no puede evitar hacer alguna referencia, colateral y sarcástica, a la política; la lleva en las venas aunque él asegure que «no tengo vocación de ser esto toda mi vida, ni mucho menos".


Para él, 'esto', es ser coordinador general de Izquierda Unida-Aragón, portavoz del Grupo parlamentario en las Cortes de Aragón y candidato a la Presidencia de la DGA. Dice que lleva solo siete años en la primera línea, pero toda una vida en la retaguardia, desde mucho antes de su juventud, siempre junto a Comisiones Obreras (CC. OO.). Porque es un hombre que lo ha vivido casi todo desde los años de la clandestinidad: «Mayo del 68 me coge con 18 años; bueno en realidad a España llega en los setenta, y yo viví la entrada de los caballos en el comedor del SEI (Sindicatos de estudiantes Independientes). Me pilla en una edad en la que comparto trabajo y estudios, porque estaba en una empresa de confección para ayudar en casa y para pagarme Magisterio. No he estado en la cárcel, pero si en muchos calabozos».


Y así es el relato de la trayectoria vital de este hombre que se reconoce tranquilo, «pero no indiferente. Soy además de reacción rápida y si me apura incluso vehemente y no se si se puede ser tranquilo y vehemente a la vez. También soy muy previsible».


Una vida intensa, dura y hasta desgarradora cuando cuenta que «yo he pasado hambre, mi familia ha pasado hambre. Las tres cosas que más grabadas tengo de mi infancia son el olor a azahar de la esencia que preparaba mi padre, que era pastelero, para los roscones de Reyes; ir a un colegio lleno de precariedades, porque yo tenía que llevarme la silla de mi casa; y un queso que nos daban para merendar, con un vaso de leche en polvo. Ese queso, entre amarillo y naranja, muy graso, que venía en unas latas grandes con logos americanos que a mi me parecía incomible y que me sabía a rayos, pero que mi padre me explicó que venía muy bien en casa y yo lo llevaba. Eso, el depender de la caridad de otros, me ha marcado mucho y siempre lo he llevado muy mal».

En el Madrid obrero

Recuerda, entonces, que se hizo maestro por la necesidad, en principio, de ganarse la vida, «pero enseguida descubro que me gusta. Yo había comenzado una carrera que sería lo que hoy es Políticas, pero tengo que dejarlo sin acabar el primer curso porque me cogieron en una de aquellas movidas" por las que tantas veces fue detenido. «¿Mis padres? Pasaron un miedo tremendo, porque ellos fueron de los perdedores de la Guerra Civil y tuvieron que dejar su pueblo en Soria y marchar a Madrid. Lo pasaron tan mal durante la guerra que mi padre solo hablaba de lo que le había sucedido en la vida desde su llegada a Madrid, no antes. Hasta muchos años después no me dijeron cómo habían sufrido conmigo durante aquellos años. Eso nos marcó mucho y nuestros desencuentros han tenido su origen en ese miedo a lo que me pudiera pasar. Una de las cosas que hoy más me duele es no haber sido capaz de entenderme con ellos, especialmente con mi padre».


Adolfo Barrena cuenta que al dejar la Universidad hace Magisterio de manera rápida, «porque una de las condiciones que la UNESCO pone a Franco para reconocer su régimen es un plan de erradicación del analfabetismo, la escolarización obligatoria hasta los 14 años y un plan de construcciones escolares. Necesitaban entonces muchos maestros y de manera rápida». Eso, y su compromiso político, le llevan después a las zonas más obreras del cinturón industrial de Madrid, pero el amor, Nines, se le cruza en la vida y acaba en Zaragoza.


Profesor de matemáticas, física y química de EGB, hoy Primaria, tiene un sabor amargo de su paso por un plan educativo para jóvenes problemáticos. «Es un programa de 'Educadores de barrio' y que coordino en Zaragoza; chavales con problemas, marginales, que costaba mucho su adaptación. Lo pusimos en marcha en un colegio que estaba en Echegaray y Caballero. Pero, cuando llegaron a los 16 años, la administración les abandonó. Aquello me pareció tremendo y lo pasé fatal porque acababan siendo marginados en su propio ambiente precisamente porque querían salir, y dejarlos a los 16… Por eso lo dejé. He vuelto a ver a alguno y, bueno, hay de todo».


Gran conversador, se relaja, precisamente, hablando de todo, de lo divino y lo humano; viendo películas de misterio, de aquellas en blanco y negro «de las que te hacen pensar, que no sean explícitas. Las de Agatha Christie, Hitchcock, que tienen ese elemento ingenuo de querer entretener, plantear una trama, y sin efectos especiales". Pero también en la cocina, «porque en el reparto de las tareas domésticas a mi me tocó la intendencia, entre otras cosas porque soy incapaz de plancharme una camisa -¡no se cómo lo resolví hasta que viví con Nines!- o de dejar un cristal mínimamente presentable". Dice que tiene una ventaja desde siempre y es que duerme poco «con 4 ó 5 horas de sueño tengo bastante y eso me da tiempo para muchas cosas. En la época de la clandestinidad decían que era un lujo tenerme, porque además de dormir poco me despierta alguien que viva en el piso de abajo. No se si está bien o es un fastidio, ya me he acostumbrado. Además, las nuevas tecnologías ayudan mucho, el congelador, el microondas, las ollas exprés". A él le gusta la cocina de puchero y cocinar para muchos, «y me agrada todo el proceso, desde bajar a comprar, aunque ahora en el mercado es complicado porque yo me enrollaba y preguntaba por cómo hacían un plato u otro y ahora me reconocen y ya no lo hago».


Recuerda cómo, después de muchos años de convivencia, Nines y él decidieron casarse: «Queríamos hacer un último acto y era el de casarnos; hace unos seis años, en una cena con amigos después de conseguir una mejora social en la negociación colectiva de la Función Pública, de lograr los 15 días por matrimonio, comenzaron a decir que quién podría entre nosotros aprovecharse y solo nosotros no estábamos casados. Nos miramos y Nines me dijo que lo haría el día que hubiera un concejal de IU en el Ayuntamiento de Zaragoza y así fue». José Manuel Alonso fue el encargado de hacerlo un 31 de enero de 2008.

La mili


Me dice que hizo la mili en Melilla. «Nos llevaban allí a los que estábamos fichados. La hice con 28 años, porque era una estrategia política: hacerla mayor para ayudar a los más jóvenes. Así que pedíamos prórrogas". Me desvela que, al estar fichado y haciendo la mili, no pudo votar en 1978 la Constitución, «porque entonces los militares no podían hacerlo".


Y me cuenta con verdadera pasión que, por encima de todo, tiene una única aspiración en esta vida, «que es vivir de acuerdo conmigo mismo. Antes de estar en política veía demasiadas veces que la gente no era muy consecuente con lo que decía o hacía, con lo que luego se reflejaba y ahora que la conozco desde dentro puedo decir que sigo siendo fiel a mi mismo. Que duermo bien y eso me da una buena salud y sobre todo, sobre todo, la gente que me rodea, mi mujer, mi hijo, mis amigos, también están muy de acuerdo conmigo y eso me da mucha tranquilidad y me anima a ser capaz de poder estar en política y ser coherente conmigo mismo».



Ficha de Adolfo Barrena


Lugar de nacimiento: Madrid

Edad: 60 años

Partido político: Izquierda Unida

Estudios: Profesor de Primaria

Estado: Casado

Hijos: 1