Basem Naim: "Netanyahu sabe que el día después del final de la guerra su carrera ha acabado"

El exmiembro del Gobierno de Hamás, asegura que el primer ministro alarga la ocupación de Gaza para evitar responder ante la ciudadanía israelí.

Palestinos esperan a recibir comida durante el Ramadán en la Franja de Gaza.
Palestinos esperan a recibir comida durante el Ramadán en la Franja de Gaza.
REUTERS

El proceso negociador entre Israel y Hamás no avanza, y Gaza vive el Ramadán más triste de su historia. Exministro palestino de Juventud y Deportes y de Salud, el doctor Basem Naim (Beit Hanoun, 1963) es uno de los encargados de las relaciones externas del grupo islamista y participa en las conversaciones que se desarrollan en El Cairo con la mediación de Catar, Egipto y Estados Unidos. "Israel busca una tregua temporal para liberar a todos los cautivos y retomar después sus ataques y esto no lo podemos admitir. Éste es el motivo por el que exigimos el alto fuego definitivo y la retirada de las fuerzas de ocupación como condición antes de poner en marcha un nuevo intercambio", explica Naim desde Doha, cuartel general en el exterior del movimiento radical, considerado terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos.

El responsable de relaciones externas de Hamás fue quien explicó antes de las últimas negociaciones que les resulta imposible redactar una lista con los cautivos que siguen con vida. Éste fue el motivo por el que los israelíes decidieron no enviar una delegación y "las cosas no han cambiado porque desde el punto de vista práctico no podemos hacer este trabajo sin un alto el fuego. No sabemos dónde se encuentran todos y quiénes han muerto a causa de los bombardeos o el hambre. Es la típica jugada de Benjamín Netanyahu, que siempre busca nuevas demandas para complicar el diálogo. Netanyahu no quiere acabar con la guerra porque sabe que el día después es el final de su carrera política".

La situación de los más de cien rehenes que Israel estima que quedan con vida es un elemento de presión diaria sobre el primer ministro porque las familias mantienen sus concentraciones semanales frente al Ministerio de Defensa y su residencia oficial.

"Sigue sin lograr sus objetivos"

Cinco meses después del inicio de la operación terrestre "Israel sigue sin lograr sus objetivos. Ni ha acabado con Hamás, ni ha liberado a los cautivos. Hamás es mucho más que un grupo militar, es un movimiento, una ideología con fuerte presencia en Gaza, Jerusalén, Cisjordania y el exterior. Y diría que nuestro apoyo se ha reforzado, según han mostrado recientes encuestas. La muerte de milicianos o dirigentes políticos no acaba con el movimiento", sostiene.

El brutal asalto del 7 de octubre, en el que Hamás mató a 1.200 israelíes y capturó a más de doscientos en las comunidades vecinas a Gaza, sorprendió a Naim fuera de la Franja y ahora sigue la guerra desde Catar. Los israelíes acusan a los mandos del grupo islamista en el exterior de llevar una vida de lujo mientras Gaza pasa hambre, pero este alto responsable del grupo considera que "es muy difícil seguirlo desde la distancia. Han matado a mi madre, sobrinos. En total ya han muerto 55 miembros de mi familia. Es horrible no estar con ellos".

El exministro echa la vista atrás hasta el día en el que las Brigadas Al-Qassam superaron la verja de separación para golpear en el interior de Israel y considera que "desde el punto de vista estratégico el 7 de octubre fue una victoria para los palestinos. Hemos demostrado que el ejército más fuerte de Oriente Medio es batible (.) Otro de los éxitos fue abortar el proceso de normalización que tenía en marcha Israel con otros países de la región".

Cuestionado por el asesinato y secuestro de civiles, Naim admite que "se cometieron errores", pero insiste en que para ellos "fue una sorpresa comprobar que la brigada más importante del ejército de Israel, la encargada de Gaza, colapsó en cuestión de minutos. Desaparecieron. Se formó un caos total, salió mucha gente fuera de nuestro control y muchas de las muertes y secuestros fueron obra de otros grupos y de personas que no tenían relación con nosotros".

Llegada de ayuda

La guerra, que esta vez inició Hamás, ha provocado una venganza de Israel sin precedentes y, además de los más de 30.000 muertos, la mayoría civiles, los datos de la ONU alertan de que más medio millón de personas sufren hambruna. Israel controla todos los accesos y "usa el hambre como arma de guerra", tal y como denunció el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

Los camiones entran con cuentagotas y se han activado los lanzamientos de ayuda desde el aire y la vía marítima, abierta por el barco español Open Arms en cooperación con la organización World Food Kitchen (WFK) del cocinero José Andrés. "No podemos rechazar ninguna medida de ayuda por mar, aire o tierra porque nuestra gente muere por las bombas o por el hambre, pero el envío por mar es complicado y no sabemos quién organizará el reparto en tierra. La gran pregunta es por qué no obligan a Israel a cumplir la ley internacional sobre protección de civiles y les fuercen a abrir los pasos terrestres", se cuestiona Naim.

La guerra pronto entrará en su sexto mes y la operación sobre Rafah parece cuestión de tiempo. El responsable de Hamás no ve próximo el acuerdo, pero afirma que están "fuertes" y mantienen el control. "No hemos dejado de luchar y por eso el enemigo tiene muertos y heridos cada día. En 75 años Israel nunca había visto este nivel de resistencia".

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