Israel entra en Gaza City y se entrega a la eliminación sistemática de células de Hamás
Los tanques llegan a zonas urbanas, bloquean la carretera principal de la Franja y eliminan a «decenas» de islamistas mientras crece el temor por la suerte de los civiles
Los tanques israelíes llegaron este lunes a Ciudad de Gaza. Entraron por el norte de manera ordenada, con los bulldozer blindados en vanguardia dedicados a la eliminación de trampas explosivas, y tomaron el control de varias zonas suburbiales, así como de la carretera que cruza la Franja hacia el sur.
Al menos, así lo denunciaron fuentes palestinas y mostraron varios vídeos grabados en el cruce de Erez, los campos de cultivo que jalonan la periferia y el distrito de Zaytun, donde un carro de combate bloqueó la carretera de Salahedin. En uno de estos archivos, difundido por los medios nacionales, se observa, por cierto, cómo el tanquista dispara y revienta un coche cuando su conductor se percata del bloqueo y gira para dar media vuelta. En medio de la explosión, alguien grita desesperado: "Toda la familia. toda la familia".
Las Fuerzas de Defensa todavía mantenían este lunes por la noche en secreto el número de soldados y civiles muertos en este avance, pero anunciaron que «decenas de terroristas» perdieron ayer la vida en «enfrentamientos directos» con el ejército.
La coreografía militar desarrollada al norte de la Franja revela que en esta invasión la prudencia vence a la urgencia. Todos los movimientos realizados por la infantería, los tanques y los blindados desde la noche del viernes, cuando el Estado Mayor cambió la táctica de las incursiones rápidas por un afianzamiento gradual en el territorio gazarí, han sido lentos. Cautelosos. Unos cientos de metros por día mientras las excavadoras descubren e inutilizan las minas colocadas por Hamás y los zapadores escudriñan cada palmo de terreno en busca de bocas de túneles o edificios donde puedan resguardarse los francotiradores de la milicia islamista.
600 objetivos alcanzados
En total, 600 "objetivos" de Hamás han sido alcanzados durante esta "extensión de la ofensiva" llevada a cabo en los últimos cuatro días, sin que la aviación israelí haya dejado de bombardear la Franja como si no existiera un mañana. Los principales ataques se han producido contra depósitos de armas, lanzaderas de cohetes y edificios donde la Inteligencia ha señalado la presencia de "terroristas". Muchos han caído como naipes. De hecho, las Fuerzas de Defensa precisaron que las "decenas" de milicianos abatidos se habían "atrincherado en inmuebles para atacar a las fuerzas que avanzaban en su dirección". Una célula de Yihad Islámica compuesta por cuatro miembros cayo también bajo el fuego de drones y helicópteros de combate en el campo de refugiados de Jenin.
La manera en que se ejecuta esta "segunda fase" de la guerra, según la denominación del portavoz militar, el contralmirante Daniel Hagari, nada tiene que ver con la gran ofensiva terrestre que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, insinuó en los días posteriores a la matanza en los kibutz. Nadie sabe cuántas tropas, blindados, artillería y aeronaves participan en esta operación, que algunos analistas ya consideran el comienzo de la invasión de Gaza.
Según Hagari, se trata de una "progresión gradual", entre las entradas y salidas rápidas de la semana pasada y la siguiente fase de esta guerra. Dicha coyuntura, sobre la que se ha dado escasa confirmación, consiste en "el establecimiento de una nueva realidad de seguridad para los ciudadanos de Israel", según el ministro de Defensa, Yoav Gallant.
En esta nueva orientación parece haber sido decisiva la intervención de Estados Unidos, cuyo secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha insistido repetidamente a Gallant que una ofensiva de enormes proporciones solo causaría la muerte de numerosos soldados y grandes bajas civiles, con las que Washington no sería transigente. De hecho, fuentes israelíes afirman que la estrategia actual está permitiendo a las tropas conocer más al detalle cómo combaten los milicianos y el funcionamiento de sus defensas para prepararse mejor ante una guerra urbana.
Estrategia ante los túneles
Reacios a entrar en túneles situados a 40 u 80 metros bajo tierra absolutamente desconocidos para ellos, las mismas fuentes consideran que los militares intensifican la presión contra las bases de Hamás en la superficie para hacer salir de las galerías a los milicianos y abatirlos, como sucedió el pasado sábado con una veintena de ellos a quienes sorprendieron en una boca de túnel.
De hecho, las Fuerzas de Defensa se han entregado a una eliminación sistemática de células de Hamás y a la decapitación de sus líderes. Patrullas aparentemente formadas por grupos de infantería de élite e ingenieros, , acabaron ayer con cuatro jefes de la organización. Se trata de Yamil Baba, un comandante de la fuerza naval; Muhamad Safadi, jefe del Batallón Tafá asesinado junto con su grupo de ataque anticarro; Muaman Hegazi, miembro de este mismo batallón; y Muhamad Abdalá, un alto cargo en la organización.
La pregunta que ahora flota en el aire es qué sucederá en los próximos días, según las Fuerzas de Defensa israelíes vayan penetrando en las zonas urbanas de Gaza y, por ende, en barrios done aún hay miles de personas civiles refugiadas. En este sentido, el número de fallecidos roza ya los 9.000. El Ejército hebreo llamó este lunes a la decena de hospitales que aún funcionan en el norte de la Franja y que han recibido repetidas órdenes de evacuación en los últimos días desde Israel, apuntó la oficina de la ONU para la coordinación de asuntos humanitarios. Además de miles de pacientes y personal, alrededor de 117.000 personas desplazadas se alojan en estas instalaciones, añadió.
