Los afganos buscan con sus propias manos a las víctimas del terremoto
Una nueva réplica de 4,9 sacudió este lunes al noroeste del país en plena operación de rescate, impedida por la carencia de equipos modernos y personal calificado.
Afganistán amanece sumido por tercer día consecutivo en la peor catástrofe natural que se ha registrado en dos décadas. Un nuevo seísmo de 4,9 de magnitud ha sacudido este lunes a la provincia de Herat, la zona más afectada por la cadena de terremotos que devastó el sábado el noroeste del país. Más de 2.500 han perdido la vida y más de 9.000 personas han resultado heridas. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios considera que los afectados podrían ser más de 11.000.
La réplica de este lunes ha desatado pánico entre la población, que ha salido a las calles para refugiarse en espacios abiertos como jardines y parques. El temblor ha ocurrido en plena operación de búsqueda y rescate. Tanto los equipos de emergencia como la población buscan "desesperadamente" a los desaparecidos entre los escombros. Con sus propias manos, cientos de personas intentan sacar a sus familiares que permanecen bajo las ruinas. Esperan encontrarlos con vida.
Además de la serie de seísmos, el país centroasiático se enfrenta a otra dificultad para hallar supervivientes o recuperar a los cuerpos sin vida: la carencia de equipos capacitados. "No hay equipos modernos. Esto podría provocar un aumento de las víctimas", lamentó el domingo Sabir, un trabajador humanitario de una ONG local, a la cadena de televisión afgana Al Jazeera. "Si no recibimos pronto ayuda, veremos un aumento en la pérdida de vidas que podría haberse evitado", sentenció.
Afganistán ha visto reducida su capacidad de gestión de desastres desde que los talibanes recuperaron el poder hace dos años. El país empobrecido y dependiente de ayuda humanitaria internacional registró una caída en la entrada de fondos extranjeros desde 2021. También echa en falta a trabajadores calificados para responder ante las crisis porque muchos huyeron del país tras el regreso del régimen.
El país fue sacudido en el espacio de una hora el sábado por al menos siete terremotos. El primero y el cuarto, los de mayor magnitud, fueron de 6,3 y 5,9. Trece localidades de la región montañosa han quedado totalmente devastadas. Naciones Unidas ha indicado que "el cien por cien" de las casas de once aldeas del distrito de Zinda Jan están "completamente destruidas", afectando a unas 1.320 familias. "Se espera que el número de víctimas y de hogares afectados aumente a medida que se llegue a las zonas más remotas y se completen las evaluaciones", ha comunicado la ONU.
La provincia de Herat está prácticamente en ruinas. No ha quedado ninguna estructura en pie. Los servicios de emergencia se encuentran desbordados y los hospitales están saturados y sin recursos suficientes para atender a los heridos. Sabir dijo a 'Al Jazeera' que se despertó sobresaltado con el poderoso terremoto. "No se parecía a nada que hubiera experimentado antes. Fue una vibración enorme y sentí miedo, ansiedad y pánico por completo", indicó.
Ayuda humanitaria
Hasta la zona del desastre ya se han desplazado los equipos de la Unión Europea para ayudar en las labores de búsqueda y rescate. Así lo confirmó el alto representante del club comunitario para la Política Exterior, Josep Borrell. "La UE se solidariza plenamente con el pueblo de Afganistán afectado por este terrible acontecimiento", ha publicado Borrell en su cuenta de la red social X, antes Twitter.
Tras la solicitud de ayuda de Kabul, la ONU ha aprobado una asignación de reserva de 5 millones de dólares (unos 4,7 millones de euros) del Fondo Humanitario para Afganistán (AHF). Pakistán ha asegurado que está en contacto con las autoridades afganas para conocer las necesidades urgentes. Asimismo, China ha indicado que su Gobierno y las instituciones benéficas del país estaban dispuestos a brindar todo tipo de apoyo.
