EE. UU. acusa a Pekín de enviar espías y legisla para prohibir a chinos comprar tierras

El Departamento de Defensa y el FBI han detectado un centenar de intrusiones para tomar fotos o datos de bases militares.

La imagen fue tomada el pasado 3 de febrero
La imagen del globo espía chino tomada el pasado 3 de febrero
Efe

Estados Unidos considera que China se ha embarcado en un vasto proyecto de espionaje de baja intensidad mediante el envío a su país de ciudadanos que se hacen pasar por turistas o pequeños empresarios para vigilar bases del ejército y otras instalaciones "sensibles". El Departamento de Defensa y el FBI han detectado en el último año un centenar de incidencias que catalogan de potenciales amenazas de inteligencia. La mayoría hacen referencia a intrusos que fueron localizados en áreas prohibidas o en pleno intento de irrumpir en centros militares o tecnológicos con excusas como la de buscar una determinada dirección o haberse equivocado de destino.

"La ventaja que tienen los chinos es que están dispuestos a enviar grandes cantidades de gente a la recolección", cuenta Emily Harding, investigadora principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, al Wall Street Journal, el medio que ha desvelado la inquietud de la Casa Blanca y el Pentágono por estas incursiones. "Si atrapan a algunos, será muy difícil para el Gobierno de Estados Unidos probar algo más allá de la invasión (allanamiento de morda) y aquellos que no sean atrapados probablemente se lleven algo útil", añade Harding.

Este tipo de espionaje a menudo se queda en la toma de fotografías u otros datos aparentemente inocuos, como coordenadas, direcciones, aspecto de las instalaciones, seguridad visible o movimientos de personal. Sin embargo, su valor puede crecer en fases de vigilancia más avanzadas, además de ofrecer un cuadro general de puntos sensibles de la defensa nacional. "Nada que desvele un gran secreto, pero que sí molesta", dice la Administración.

A este escalón de la inteligencia pertenecería también el globo sonda que EE UU derribó en el mar el pasado febrero tras penetrar desde Canadá por Montana y sobrevolar el país hasta la costa del Atlántico. El análisis de sus restos puso de manifiesto que el dirigible pudo enviar a Pekín cientos de imágenes grabadas en tiempo real.

El exanalista de la CIA, Christopher Johnson. experto en el gigante asiático, considera en declaraciones a la CNN que "es justo decir que nos hemos estado espiando unos a otros en varias escalas durante mucho tiempo", solo que ahora Pekín trata de colocarse por delante de las capacidades de EE UU en este terreno. Esta competición implica que el espionaje se ha convertido en "otro factor que complica las relaciones" entre los dos países, agrega Lyle Morris, investigador del Asia Society Policy Institute, prestigioso laboratorio de análisis que parte de la base de que "un conflicto importante entre las dos mayores economías y potencias militares sería catastrófico para ambas y para el resto del mundo".

El calentamiento de las relaciones mutuas por las frecuentes acusaciones de espionaje subyace detrás de la negativa del presidente Xi Jinping a asistir este fin de semana a la cumbre del G-20 en Nueva Delhi. Sin embargo, no es el factor más importante. El plante, el primero que hace el líder chino al grupo de economías más desarrolladas del mundo, también responde a las tensiones históricas con India -anfitrión del encuentro- y al malestar creciente por otros conflictos geoestratégicos, como el apoyo americano a Taiwán o la iniciativa del presidente Joe Biden de estrechar lazos con sus aliados en Asia para frenar el expansionismo de China; lo que el Gobierno de Xi ha denominado como un intento de crear una "OTAN asiática".

Biden no podrá reunirse con Xi en Nueva Delhi, como quería, y tampoco es probable que cumpla su aspiración de recibirle en noviembre en San Francisco, durante la celebración del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico. El inquilino de la Casa Blanca tiene un indisimulado interés en conseguir que el presidente chino pise suelo americano, pero ahora mismo ese logro histórico depende de que su Gobierno "muestre suficiente sinceridad" sobre la relación con el gigante asiático, según precisó el Ministerio chino de Seguridad del Estado.

A nado en Florida

Precisamente, es éste departamento el que, según fuentes del Wall Street Journal, capta compatriotas para convertirlos en los ojos de Pekín en EE UU. A dos de estos aparentes reclutas les sorprendieron nadando en las turbias aguas que rodean el complejo aeroespacial de la NASA en Florida. A otros, cuando intentaban superar el control de entrada de Fort Wainwright, la sede en Alaska de la 11.ª División Aerotransportada del Ejército, especializada en la guerra ártica. Los asiáticos aseguraron que eran turistas y habían alquilado una habitación en un hotel dentro del cuartel.

En otras ocasiones, la justificación es que se han perdido mientras buscaban una hamburguesería de las cadenas más conocidas (la imaginación no parece ser un punto fuerte). Y según el Pentágono, se ha vuelto frecuente la interceptación de visitantes chinos a la Casa Blanca que se desvían del recorrido turístico y son descubiertos fotografiando accesos o garitas de vigilancia.

Paroxismo o realidad, lo cierto es que las Cámaras legislativas de 33 Estados han formulado proyectos de ley para prohibir la compra de propiedades cercanas a una instalación militar a empresas y ciudadanos originarios de China. Varios proyectos ya se han convertido en norma e impedido a miembros de esta comunidad adquirir viviendas y terrenos agrícolas en Alabama, Idaho y Virginia. Uno de los últimos planes en irse al traste es el de un multimillonario chino que quería instalar un parque eólico de 46 turbinas en el suroeste de Texas. Lo curioso es que el complejo estaba destinado a mejorar el suministro eléctrico del Estado.

Entre los legisladores prevalece la tesis de la "seguridad nacional" por encima del derecho a la propiedad, bajo la idea de que si Pekín logra montar una base de espionaje, por artesanal que sea, cerca de una instalación militar podría captar sus comunicaciones y controlar sus movimientos.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión