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La "joya" portuguesa donde descansa una reina aragonesa

En el monasterio de Santa Clara-a-Nova, en Coimbra, se veneran los restos mortales de Santa Isabel de Portugal.

En Coimbra se encuentran los restos mortales de Santa Isabel de Portugal.
En Coimbra se encuentran los restos mortales de Santa Isabel de Portugal.
Montañés

Coimbra es una ciudad de Portugal donde el espíritu universitario se puede respirar en casi cada esquina. Las capas de los estudiantes ondean por la plaza de la Universidad, donde se encuentra la espectacular biblioteca –con varias colonias de murciélagos en su interior- y desde la que admirar la panorámica de la urbe. En la plaza de la República se escuchan los jóvenes brindis y el parque botánico es un buen oasis donde pasear. También en la ribera del río Mondego.

En la margen izquierda de este cauce, en lo alto de un monte, se descubre una de las mejores estampas de la ciudad. Es el monasterio de Santa Clara-a-Nova, un conjunto que se construyó a partir de 1649 y que se considera una "joya" del patrimonio arquitectónico nacional. Esa postal se admira a los pies de la escultura de una aragonesa: Santa Isabel de Portugal, hija, hermana, esposa y madre de reyes.

Isabel de Portugal nació de la unión de Pedro III el Grande y de Constanza de Sicilia, así la sangre azul corría por las venas de esta infanta de Aragón y reina de Portugal desde antes de que la luz del sol le iluminase su rostro. La historia relata que vino al mundo en territorio aragonés, todo apunta que en febrero de 1270.

Mariano Faci, en una de sus publicaciones, recogió que la santa tenía el pelo rubio y los ojos verdes, según los datos de cuando se abrió su sarcófago en 1612. La nieta de Jaime I fue bautizada bajo el nombre de Isabel, lo que significa "Dios es mi juramento" en hebreo -o "consagrada por un juramento a Dios"- en la Seo, el templo donde habían sido coronados sus padres.

Las fuentes históricas cuentan que después marchó a Barcelona, pero antes se hospedó algún tiempo en un "caserón con capilla", conocido como La Raperi y que fue el origen del actual barrio de Santa Isabel de la capital aragonesa.

Contrajo matrimonio con tan solo 10 años con Dionís de Portugal, lo que le convirtió en monarca del reino vecino. En numerosas fuentes se encuentra un mismo relato milagroso: el de las rosas. Protagonizó distensiones con su esposo, quien le acusaba de lapidar bienes propios en favor de los más necesitados. De hecho, ha trascendido un episodio en el que fue sorprendida cuando llevaba comida en el halda para los pobres. Entonces, le preguntaron qué llevaba, respondió que rosas. Dichas flores aparecieron entre sus ropas cuando las descubrió.

En el monasterio de Santa Clara-a-Nova descansan los restos mortales de Santa Isabel de Portugal, artífice de que se construyera el antiguo conjunto. "Refundó el monasterio de Santa Clara de Coimbra y, cuando enviudó, quiso ordenarse. Mandó que la enterraran allí y, para ello, encargó la construcción de un sepulcro, uno de los más bellos del gótico portugués", se referenció en las páginas de HERALDO hace unos años.

En Coimbra se encuentran los restos mortales de Santa Isabel de Portugal.
En Coimbra se encuentran los restos mortales de Santa Isabel de Portugal.
Montañés

El denominado 'nuevo monasterio' –aunque date de 1649- fue diseñado para acoger a las clarisas de acuerdo con el plan del ingeniero mayor del reino y profesor de la Universidad de Coimbra, fray Joao Torriano. Casi tres décadas más tarde, en 1677, se trasladaron los restos mortales de la reina en una gran procesión desde el antiguo complejo.

Ahora se puede venerar en el altar mayor de la iglesia, construida por el arquitecto Mateus do Couto. Una estatua policromada de Santa Isabel preside el gran ábside de la cabecera, obra de Teixeira Lopes. No obstante, también se destaca la talla dorada barroca y los lienzos dedicados a la vida de la santa, todos ellos del siglo XVIII. Resaltan los adornos de plata, la sillería con casi 80 sillas -de la primera mitad del siglo XVIII- y los retablos procedentes de Santa Clara-a-Velha, con tallas y pinturas manieristas.

En Coimbra se encuentran los restos mortales de Santa Isabel de Portugal.
Exvotos que se encuentran en la entrada del monasterio.
Montañés

La entrada a la iglesia y al claustro tiene un precio de 2 euros, mientras que para grupos son 1,5. La misma tarifa que tiene la exposición más el claustro. La visita total (iglesia, coro bajo, exposición y claustro cuesta 5 euros para individual y 4 para grupos. También existe la opción de que se guiada, para la que se trata de 10 euros. En cualquier caso, todos estos abonos se reciben como una "donación" para el mantenimiento del edificio. En la entrada del monasterio se puede apreciar la devoción a esta santa aragonesa, como muestran los numerosos exvotos de cera que le ofrecen.

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