El caso de la desaparición de Emanuela Orlandi se complica en Italia con la pista de una red pederasta

El tío de la joven hija de un empleado de la Santa Sede desaparecida en 1983 habría tratado de abusar de su hermana mayor.

Protesta con motivo del 40 aniversario de la desaparición de Orlandi
Protesta con motivo del 40 aniversario de la desaparición de Orlandi
Efe

La reapertura de una vieja pista complica todavía más el llamado 'caso Orlandi', uno de los grandes misterios de Italia y del Vaticano protagonizado por Emanuela Orlandi, la hija de 15 años de un empleado de la Santa Sede a la que se perdió la pista el 22 de junio de 1983 en el centro de Roma. Después de que durante las últimas cuatro décadas su desaparición se relacionara con un grupo criminal romano, con el opaco mundo de las finanzas vaticanas e incluso con Ali Agca, el terrorista turco que trató de asesinar a Juan Pablo II en 1981, el informativo del canal televisivo italiano La7 señaló este lunes que el tío paterno de Emanuela, Mario Meneguzzi, ya fallecido, habría tratado de abusar sexualmente de la hermana mayor de la muchacha, Natalina.

La pista de Meneguzzi supuestamente estaba bien relacionado con los servicios secretos italianos. Fue seguida inicialmente por los investigadores, porque además su rostro se parecía mucho al retrato robot elaborado con el testimonio de dos testigos que vieron cómo Emanuela subía al automóvil de una persona a la que parecía conocer.

Incluso el entonces secretario de Estado de la Santa Sede, Agostino Casaroli, escribió de manera reservada una carta al antiguo confesor de la familia Orlandi, un sacerdote latinoamericano que había sido enviado posteriormente a Colombia. En esa misiva el presbítero confirmó que Meneguzzi habría intentado abusar sexualmente de Natalina, quien optó por guardar silencio por miedo a perder su trabajo como camarera en la cafetería de la Cámara de los Diputados que gestionaba su tío. Esta pista se cerró al confirmarse que el día de la desaparición de su sobrina, el hombre estaba de vacaciones en una localidad fuera de Roma.

"Nadie nos ha llamado"

La familia Orlandi reaccionó enrabietada a la noticia de que la documentación relativa a Meneguzzi había sido examinada tanto por el promotor de justicia (fiscal) de la Santa Sede, Alessandro Diddi, como por la Fiscalía de Roma. Ambas instituciones han reabierto sus investigaciones después de que, a finales del año pasado, el Papa Francisco ordenara que se tratara de arrojar luz de una vez por todas sobre este misterio.

"Es una canallada", lamentó Pietro Orlandi, hermano de Emanuela. "Nadie nos ha llamado a mí, ni a mi hermana, ni a los hijos de mi tío. Ni la Fiscalía de Roma ni nadie", denunció, asegurando que esta información había sido publicada ahora para tratar de que caigan las sospechas sobre un miembro de la propia familia ya fallecido, por lo que no puede defenderse, exculpando así al Vaticano.

La hermana de Emanuela, Natalina, aclaró por su parte que su tío le hizo un regalo y le planteó propuestas sexuales, "pero cuando vio que no había ninguna posibilidad todo acabó allí". "No le dije nada a mi padre, sólo a mi novio, que luego se convirtió en mi marido. Y lo hablé en confesión con nuestro padre espiritual. Y ahora esta cosa insignificante se ha vendido como una exclusiva", lamentó.

El 'caso Orlandi', que cuenta incluso con una serie televisiva en la plataforma Netflix, 'La chica del Vaticano', ha vuelto a ocupar la primera línea informativa tras la reapertura de la investigación ordenada por el Papa, que llevó a la justicia vaticana a examinar otra vez toda la documentación, que fue recientemente transmitida a la Fiscalía de Roma.

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