El opositor ruso Navalni, de nuevo en celda de castigo y con signos de enfermedad

El entorno del activista anticorrupción considera que podría estar siendo "envenenado" en la cárcel por personal penitenciario.

El opositor ruso Aleksei Navalni.
El opositor ruso Aleksei Navalni.
EP

El abogado, activista anticorrupción y principal opositor del Kremlin, Alexéi Navalni, que cumple actualmente una condena de cárcel en un penal de "régimen severo" en la región de Vladímir, cercana a Moscú, podría estar siendo "envenenado" paulatinamente por el personal penitenciario. Así al menos lo cree Kira Yarmish, la persona que lleva los contactos con la prensa y que ahora se encuentra exiliada en Alemania junto con la mayor parte del equipo de Navalni.

En un vídeo difundido este jueves a través de su cuenta de Twitter, Yarmish sostiene que el líder opositor "se encuentra confinado en una celda en aislamiento y sufre graves dolores. No cuenta con ningún tipo de atención médica". Según su relato, "ha perdido ocho kilos de peso en poco más de dos semanas" a causa de una "misteriosa" dolencia.

Todo ello, según la colaboradora de Navalni, hace sospechar que podría estar siendo víctima de un "lento envenenamiento" que perseguiría hacerle desaparecer de la escena para que "deje de atraer la atención" de la ciudadanía en un momento especialmente complicado a causa de la guerra en Ucrania, de las numerosas bajas que sufre el Ejército y de los esfuerzos de las autoridades para movilizar el mayor número posible de jóvenes para enviar al frente. "En la noche del pasado viernes, hubo que llamar a una ambulancia al sufrir un dolor agudo en la zona del estómago", aseguró Yarmish.

Es ya la decimotercera vez que Navalni, que tiene 46 años, es confinado en una celda de castigo o de "aislamiento penal" (Shizo), de acuerdo con la denominación del sistema carcelario ruso.

Según él mismo declaró en su cuenta de Twitter, el principal disidente de Rusia finalizó el pasado 7 de abril su anterior encierro en el Shizo y el lunes día 10 ya había sido enviado allí de nuevo para 15 días. Yarmish aseguró entonces que además le limitaron aún más el tiempo para escribir cartas y le prohibieron comprar comida en la cantina de la prisión.

Los motivos para ser encerrado en la celda de castigo pueden ser, desde no llevar la indumentaria adecuada, hasta no responder con la suficiente rapidez a un requerimiento de los guardias. Tras pasar por un centro de detención preventiva en Moscú y por una colonia penitenciaria en la región de Vladímir, Navalni fue trasladado en junio del año pasado al penal de "régimen severo" de Meléjovo, también en Vladímir.

En todo ese tiempo ha estado 13 veces en el Shizo, lo que suma, según Yarmish, un total de casi cinco meses, "143 días". El pasado martes, su abogado, Vadim Kóbzev, ya adelantó que el dirigente opositor vive una "situación muy extraña" en la cárcel y denunció que "padece una enfermedad desconocida y no le atiende nadie". A su juicio, están dejando que "su salud se deteriore progresivamente".

Nuevas acusaciones

Este jueves precisamente el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, antiguo KGB) volvió a vincular a personas en el extranjero próximas a Navalni con el asesinato, el pasado día 2 en San Petersburgo, del bloguero ultranacionalista ruso, Vladlen Tatarski. Daria Trépova, una joven de 26 años que le regaló a Tatarski su busto con la bomba escondida dentro, según el FSB, estuvo influida por dos estrechos colaboradores de Navalni, Leonid Vólkov e Iván Zhdánov. Aunque la bomba se la entregó un tal Yuri Denísov, un supuesto agente de los servicios secretos ucranianos.

Zhdánov, que dirigía el ya disuelto Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK), dijo a través de la red Telegram que "quieren acusar a Navalni de terrorismo para condenarle a una pena aún más fuerte". Rechazó cualquier implicación con la muerte de Tatarski y acusó a los servicios secretos rusos de ser los organizadores auténticos del atentado contra el bloguero ultranacionalista.

Navalni fue condenado en marzo del año pasado por "estafa y desacato" a una pena de nueve años de cárcel y al pago de una multa de 1,2 millones de rublos, entonces unos 20.000 euros) por delitos de los que se considera inocente y en un proceso que calificó de "amañado". Tras recuperarse en Alemania del envenenamiento sufrido en agosto de 2020 en Omsk (Siberia), el líder opositor regresó a Moscú el 17 de enero de 2021 y fue detenido nada más poner el pie en el aeropuerto.

Resulta que él y su hermano fueron reconocidos culpables en 2014 de "estafa y blanqueo de capitales" en un caso relacionado con la firma francesa Yves Rocher. Fueron condenados a tres años y medio de cárcel. Aquella pena quedó en suspenso, pero, en febrero de 2021 un juzgado de Moscú decidió levantar la suspensión y enviar a Navalni a la cárcel. Expertos alemanes establecieron que el dirigente opositor fue envenenado en Omsk con un agente nervioso del grupo de sustancias Novichok.

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