Mueren apuñaladas dos mujeres en un ataque en un centro islámico de Lisboa

Un hombre de 34 años, de nacionalidad afgana, entró este martes a un centro ismaelí de Lisboa a su habitual clase de portugués, que era impartida en la sede religiosa. Sin embargo, los 16 estudiantes del aula, también afganos, se llevaron una sorpresa cuando tras una discusión con su profesor, el individuo empuñó un cuchillo de grandes dimensiones y lo apuñaló en el pecho y en el cuello, causándole heridas de gravedad.

Pese a que las personas que estaban en el lugar intentaron detener a Abdul Bashir, como fue identificado por las autoridades, él amenazaba con suicidarse si se acercaban. Entre gritos, se retiró del salón y en su camino atacó a dos mujeres: una profesora, de 49 años, y una voluntaria de la fundación, de 24, las cuales fallecieron en el acto.

Al llegar la Policía, los primeros efectivos encontraron al hombre con el arma en la mano. Pese a que fue advertido para que cesara la agresión, él se acercó hacia ellos con actitud desafiante. Ante esto, los agentes reaccionaron disparándole en la pierna y tuvo que ser trasladado al hospital de San José, donde permanecía bajo custodia policial.

El agresor vivía en Odivelas, un área metropolitana de Lisboa, desde hace un año cuando llegó a Portugal. Es padre de tres menores y había perdido a su mujer en un centro de refugiados en Grecia, desde allí fue trasladado a territorio luso como parte de un plan de acogida acordado entre ambos países. Anteriormente, ya había pasado por otros campamentos temporales, donde había recibido ayuda psicológica.

Según medios locales, Bashir intentó vivir en Alemania, pero el país lo devolvió a Portugal hace tres meses debido a que allí había sido expedido su estatus de refugiado. «Era un hombre sin antecedentes y no estaba vinculado a organizaciones extremistas. No había ninguna señal que justificase una alerta de seguridad sobre él», indicó el ministro del Interior, José Luís Carneiro.

Las autoridades evalúan si se trata de un atentado terrorista. «Los primeros elementos apuntan a un acto aislado», declaró el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, en un comunicado. «Expreso mi solidaridad y mis condolencias a la comunidad ismaelita», subrayó el primer ministro portugués, Antonio Costa, y añadió que era «prematuro hacer alguna interpretación sobre las motivaciones de este acto criminal».

Integración de fieles

El centro ismaelí es el punto de integración de los fieles de la corriente minoritaria dentro del Islam chiíta en Portugal. Abrió sus puertas en 1998 y es un espacio para refugiados, donde se brindan clases de diferentes disciplinas, campamentos de verano, sesiones espirituales y eventos de la cultura. De hecho, también daban ayuda alimentaria y cuidaban a los hijos del agresor. Esta sede ha sido el escenario de un incidente sin precedentes, calificado como el peor ataque contra la población árabe en el país desde 1983, cuando un grupo armado provocó la muerte de dos personas en la embajada de Turquía en Lisboa.

Esta religión se ha consolidado en Portugal, donde hay unos 7.000 musulmanes ismaelitas. La sede mundial ha sido instalada en la capital a partir de un acuerdo con el Gobierno portugués firmado en 2015 y es liderada por el actual Aga Khan, descendiente de Mahoma, Karim al-Hussaini. El jefe espiritual, que obtuvo la nacionalidad lusa hace cuatro años, es un magnate que ostenta grandes propiedades en el país.

Los ismaelitas han sido blanco de numerosos atentados en los últimos años, principalmente en Pakistán, debido a profesar una corriente «desviada» con respecto a la ortodoxia musulmana, según los extremistas suníes.