El nuevo ministro de Seguridad de Israel cruza la 'línea roja' de la Explanada de las Mezquitas

El ultranacionalista Ben Gvir emula a Sharon y provoca la ira de los musulmanes al acceder al tercer lugar más sagrado para el islam.

Itamar Ben Gvir, el nuevo primer ministro israelí.
Itamar Ben Gvir, el nuevo primer ministro israelí.
Atef Safadi/Pool

El líder ultranacionalista Itamar Ben Gvir estrenó su cargo como nuevo ministro de Seguridad Nacional de Israel con una polémica visita a la Explanada de las mezquitas o Monte del Templo, según los judíos. De nada sirvieron las advertencias de la oposición o las amenazas de Hamás ante la determinación de un político que antes de ser ministro, como activista colono y parlamentario, también acudió en numerosas ocasiones al tercer lugar más sagrado del islam y el primero para el judaísmo, ya que allí sitúan sus templos bíblicos.

Esta situación era cuestión de tiempo, ya que Ben Gvir había anunciado desde su llegada al ministerio sus planes de realizar esta primera visita oficial. No es el primer ministro israelí que da este paso, pero en su caso se percibe como una declaración de intenciones para su recién iniciado mandato, ya que una de sus reivindicaciones políticas es la de conseguir cambiar el 'statu quo' por el que solo los musulmanes pueden orar allí. Un acuerdo que el líder ultranacionalista considera injusto y que le lleva a enfrentarse incluso con altas autoridades rabínicas que no autorizan la entrada de los fieles en esa zona porque la ley judía prohíbe rezar y pisar el lugar más sagrado del judaísmo por temor a profanar el Sancta Sanctorum.

"El Monte del Templo está abierto a todos", publicó Ben Gvir en su cuenta de Twitter, donde también escribió que "si Hamás piensa que puede disuadirme con amenazas, debería entender que los tiempos han cambiado. ¡Hay un Gobierno en Jerusalén!".

El ministro de Seguridad empieza fuerte, con todo un órdago a los palestinos para probar su capacidad de reacción y un gesto hacia los judíos que votaron por su discurso racista y radical para convertir la coalición ultranacionalista de Sionismo Religioso en la tercera fuerza política del país.

Unidad palestina

La decisión del líder colono logró unir a los palestinos en la condena. Desde el Gobierno en Ramala calificaron lo sucedido como un "desafío para el pueblo palestino, la nación árabe y la comunidad internacional", que solo conducirá a "más tensión, violencia y a una situación explosiva". Para la Autoridad Nacional Palestina la Explanada de las Mezquitas es una "línea roja" que el ministro ha traspasado y esto "tendrá consecuencias".

Desde Gaza el portavoz de Hamás, Hazem Qassam, aseguró que "el asalto de la mezquita de Al-Aqsa por el ministro sionista fascista es una continuación de la agresión de la ocupación sionista contra nuestras santidades y su guerra contra su identidad árabe".

También llegaron condenas desde el exterior, pero como ocurre habitualmente con Israel son solo palabras y ningún país adopta medidas concretas para que algo así no se repita. Emiratos Árabes Unidos, Jordania -custodio del lugar santo-, Arabia Saudí, Egipto y Turquía fueron los primeros en censurar la visita y tacharla de "provocación".

Mientras Ben Gvir centraba la atención de los medios con su paseo por el lugar santo, las autoridades palestinas anunciaron la muerte de Adam Ayyad, de 15 años, tras recibir un disparo durante una redada del Ejército en Belén. Es el tercer palestino fallecido en los últimos tres días y este 2023 empieza como concluyó 2022, el año más sangriento del conflicto en los últimos 16 con más de 150 muertos palestinos y una veintena de israelíes, según la ONU. No se registraban tantas muertes desde el final de la Segunda Intifada o Intifada de Al-Aqsa, una revuelta que estalló tras la visita del entonces líder de la oposición Ariel Sharon a la Explanada de las Mezquitas.

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