La serenidad triunfa ante las elecciones más polarizadas de Perú
Keiko Fujimori y Pedro Castillo se comprometen a respetar los resultados, aunque el cómputo final sea muy ajustado.
La tensión vivida durante los dos últimos meses por las elecciones más polarizadas de Perú se transformaron este domingo en serenidad. Millones de peruanos acudieron a los colegios electorales para elegir a uno de los dos candidatos a la jefatura del Gobierno: el izquierdista Pedro Castillo y la derechista Keiko Fujimori. Los dos mostraron una calma absoluta en el momento de depositar su papeleta, muy alejada de la guerra casi fraticida que han mantenido especialmente en estas últimas semanas, a raíz de que la primera ronda electoral revelara un empate en sus opciones.
Precisamente, cabe pensar que esa igualdad entre los dos aspirantes animó ayer a muchos ciudadanos a votar, tras un final de campaña donde los dos partidos han insistido en que cada voto cuenta para la victoria y que el futuro de la nación será radicalmente diferente según quién gane. No hay centro-derecha ni políticas próximas. Keiko Fujimori presenta un programa a la derecha neoliberal mientras que el profesor Pedro Castillo apuesta por un futuro de izquierdas. Incluso, el hecho de que el mentor de su formación sea un médico considerado marxista-leninista ha obrado en los últimos días en su contra al intimidar a parte del electorado con sus planes radicales.
La experiencia también pesa en esta afluencia importantes, pues en 2016 Fujimori salió derrotada ante Pedro Pablo Kuczynski por solo unos miles de votos. Al cierre de esta edición (alrededor de las cuatro de la tarde hora de Perú) todavía seguían abiertos los colegios y los analistas no se decidían por hacer pronósticos. Aparte de la persona que dirigirá el país los próximos años, los peruanos saben que votan por dos modelos económicos completamente diferentes. Y que lo hacen en mitad de una crisis inédita a causa de la epidemia, con el desempleo y la pobreza en un aumento galopante.
Todos los medios nacionales arrancaron ayer la jornada con la tradición de retransmitir el desayuno de los aspirantes reunidos con sus familias. Y como también es habitual, éstos aprovecharon a enviar mensajes subliminares. Por ejemplo, Keiko Fujimori desayunó en uno de los barrios más miserables de Lima mientras Castillo lo hizo en su casa de Chugur, una vivienda humilde, donde consumió el caldo acompañado de pan y queso propios de Cajamarca, la región andina de la que es oriundo.
Los dos candidatos aseguraron en esos momentos que respetarán los resultados de la urnas por ajustados que éstos sean. Castillo, líder de Perú Libre, conocido como el «partido del lápiz», también abogó por unos comicios pacíficos e invitó a los peruanos a mantener la calma y no caer en provocaciones. La hija del expresidente Fujimori, al que ha prometido indultar de la condena de 25 años de prisión que cumple por delitos de lesa humanidad, pidió igualmente a los ciudadanos que votasen "sin miedo, en busca de la paz para defender la democracia y defender el destino que queremos".
Alta participación en España
Por su parte, el presidente de la nación, Francisco Sagasti, manifestó que "lo más importante es respetar la voluntad del pueblo. Los organismos electorales, son autónomos. Lo que hace el Ejecutivo es apoyarlos y respetar su autonomía". El mandatario también solicitó a la ciudadanía que "acuda a votar" porque es un derecho pero también una responsabilidad cívica.
En total, 25 millones de personas participan en las elecciones dentro del país, pero hay otro millón que también vota desde el extranjero. Su importancia es alta. Tradicionalmente, este colectivo se decanta por el fujimorismo. En España se congregaron miles de peruanos en un total de catorce ciudades. La mayoría de los 150.000 inscritos en las listas electorales depositaron su papeleta en Madrid y Barcelona.
