¿Es político lo personal?

La vida personal de los políticos puede ser un reflejo de los valores que quieren promover en el ámbito de lo público. Si se da esa coherencia entre lo privado y lo político, la propuesta gana fuerza y resulta más creíble.

La congresista Ocasio-Cortez durante un acto político en Washington.
La congresista Ocasio-Cortez durante un acto político en Washington.
Shawn Thew / Efe

Alexandria Ocasio-Cortez se ha convertido, con 29 años, en la mujer más joven en llegar al Congreso de Estados Unidos. Latina y del Bronx, es una de las figuras del Partido Demócrata de las que más se está hablando. Allí, a golpe de redes sociales, pequeñas donaciones de menos de 200 dólares y un entregado grupo de voluntarios, se empezó a forjar este fenómeno que ha dejado boquiabierto a Estados Unidos. "La mujeres como yo se supone que no nos presentamos a elecciones, no vengo de una familia rica ni poderosa", afirmaba en su vídeo de campaña, mientras se la veía paseando, tomando el metro o poniéndose máscara de pestañas en un baño pequeño. Como muchos políticos estadounidenses, esta mujer convierte su historia en parte del mensaje. Un votante en un tuit le preguntaba por qué debía votar por ella y contestó que vivía allí de verdad. Sigue enseñando su casa y cocinando macarrones con queso, y desde ella habla a sus seguidores. Lo que se vive se siente; lo que se siente se piensa. Esta es la clave de este proceso de vinculación (afecto y compromiso) que lo íntimo, con sus dosis de humor, imperfección y libertad, puede aportar a la comunicación política.

Pero no se queda solo en una nueva comunicación política, pues Ocasio-Cortez propone un nuevo programa. Entre otras políticas, defiende que se expanda el programa de salud pública a todos los ciudadanos y que se elimine la agencia de control fronterizo, lo que le está permitiendo movilizar la participación en política de jóvenes que apoyan un cambio cultural y social basado en la igualdad, la sostenibilidad y la justicia. Hoy es la congresista demócrata más joven de la historia, con 2,3 millones de seguidores en Twitter y 1,7 millones en Instagram. En el discurso sobre el estado de la Unión de Trump, que tuvo lugar el martes de la semana pasada, además de vestir de blanco como todas las demócratas en homenaje a las sufragistas estadounidenses y británicas, Ocasio-Cortez llevó otros mensajes: dos pins con carácter político, y una elección de maquillaje y pendientes que también tenían significado.

Construimos la sociedad desde el compromiso personal, no solo desde las estructuras políticas. La política no es únicamente responsabilidad de unos pocos, lo es de todos y en todos los ámbitos. Todo lo personal es político (como construcción de la ‘polis’). No solo es el discurso el que cambia, también es la persona la que contagia. Hace unos días, Manuela Carmena nos contó cómo se cayó y se rompió el tobillo. Creo que es una situación con la que conectaron cientos de ciudadanos.

Si todos asumimos nuestra participación en construir la ‘polis’, todo lo que hacemos es política, desde cómo realizo mi actividad profesional o cómo gestiono mi economía a cómo actúo en mi familia. Y ahora que tanto interactuamos en las redes sociales, los lazos que establecemos también lo son. Todo ‘yo’ es un agente político, de cambio social. Si asumimos dicho principio, es lógico el comportamiento de Ocasio-Cortez, pues ha compartido fragmentos de su realidad que se convierten en un poderoso caudal emocional y, a su vez, ofrece mucha información a los electores.

"Lo privado es político", dijo Pablo Iglesias, y "en coherencia" con esa reflexión sometió a las bases de su partido la decisión de si él y su compañera se merecían seguir en la dirección tras la compra de un chalet a las afueras de Madrid. Pero unos meses antes desvelaron en Facebook que iban a ser padres de mellizos. Lo que es evidente es que estas informaciones nos permiten conocer y comprender a la persona que hay detrás del arquetipo. Son registros nuevos, fuera del discurso y de la oferta política convencional que nos acercan al mundo de valores y de actitudes de los que nos quieren representar, gobernar y liderar. Es decir, los electores podemos ver lo íntimo como garantía de coherencia de lo público. De tal manera que lo privado se convierte en un compromiso de credibilidad y confianza de la propuesta al servicio del interés general.

Yo comparto que lo personal es político, porque no se puede aislar la política, el poder de organizar y decidir el destino de una sociedad, de las circunstancias, problemas y conflictos de los individuos que conviven en ella. Precisamente, esos conflictos, esos problemas, esas circunstancias vitales deben ser el objeto de la política dirigida por los valores democráticos de la igualdad, la libertad, la solidaridad, la justicia...