La brutal paliza a un líder ultraderechista indigna a Alemania

Los populistas de la AfD culpan del ataque sufrido por su dirigente regional en Bremen al resto de partidos por acosarles y marginarles.

Lugar en el que fue agredido el diputado de Alternativa para Alemania Frank Magnitz
La brutal paliza a un líder ultraderechista indigna a Alemania
Reuters

La agresión sufrida por un dirigente de la populista y xenófoba Alternativa para Alemania (AfD) ha desatado una ola de indignación en la clase política alemana, que ha dejado al margen diferencias ideológicas para solidarizarse con la víctima. El líder de la formación en la ciudad-estado de Bremen y diputado en el Bundestag Frank Magnitz se encuentra hospitalizado desde la tarde del lunes tras ser atacado por al menos tres hombres, que le golpearon en la cabeza en un callejón tras participar en un acto oficial, causándole un grave trauma craneoencefálico.

El afectado declaró este martes no recordar absolutamentente nada, pero se refirió a la agresión como un intento de asesinato. La Policía anunció la creación de una comisión especial con agentes de la Oficina de Investigación Criminal. Dos operarios que asistieron al herido señalaron que los atacantes iban vestidos de negro y ocultaban sus rostros con capuchas o gorros. Numerosos dirigentes de AfD aprovecharon la ocasión para cargar contra la prensa y sus rivales políticos.

La "violencia cobarde" es el "resultado del acoso de los políticos y los medios contra nosotros", afirmaron los líderes parlamentarios de Alternativa para Alemania en el Bundestag, Alice Waidel y Alexander Gauland. El "brutal ataque" debe ser "condenado enérgicamente", afirmó por su parte Steffen Seibert, portavoz oficial de la canciller federal, Angela Merkel. La presidenta del Partido Socialdemócrata, Andrea Nahles, subrayó que "AfD es un rival político de nuestra sociedad tolerante y pacífica", pero quien "combata con violencia a ese partido, traiciona esos valores y amenaza nuestra convivencia".

En parecidos términos se expresó el titular germano de Exteriores, Heiko Maas, quien subrayó que "la violencia no puede convertirse en medio del debate político, da igual contra quién ni cuáles sean los motivos para ello". También la presidenta de Los Verdes, Annalena Baerbock, destacó que "la violencia no tiene justificación en una democracia", mientras el líder parlamentario de La Izquierda, Dietmar Bartsch, afirmó que "nada justifica un crimen así".

Rechazo social

La agresión ha tenido lugar en un Estado gobernado por una coalición de socialdemócratas y verdes, con un fuerte movimiento antifascista y donde la Alternativa para Alemania sufre el mayor rechazo a nivel nacional. Sus oficinas locales han sido en el pasado objeto de varios ataques. Magnitz pertenece además al ala ultranacionalista de AfD. Recientemente propuso la deportación de 10.000 peticionarios de asilo para financiar la reforma de la Policía con el ahorro económico que supondría su expulsión. Empresario de la construcción y magnate inmobiliario, forma parte del círculo más estrecho en torno al ideólogo de su formación, Björn Höcke, que calificó de vergüenza nacional el memorial del Holocausto en el centro de Berlín y es un revisionista del pasado nazi.

El ataque contra Magnitz, sin embargo, ha sorprendido incluso a quienes observan atentamente la actuación de la formación en la ciudad hanseática, como el grupo de izquierdas AfD Watch Bremen. La violencia política en Bremen "se dirigía hasta ahora contra objetos, no contra personas", señaló uno de sus portavoces, quien comentó, sin embargo, que el ambiente "se ha calentado en los últimos meses", sobre todo después de que Magnitz "invitara a un acto público en el ayuntamiento a un conocido neonazi".

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