El tenso enfrentamiento entre el presidente de EE. UU, Donald Trump, y el periodista Jim Acosta en la rueda de prensa del pasado miércoles ha tenido consecuencias. La Casa Blanca ha vetado la entrada del reportero. Según ha explicado la portavoz de Trump, Sarah Sanders, la decisión se ha tomado por que el reportero habría toqueteado a la joven interna que trató de quitarle el micrófono.

"El presidente Trump cree en la libertad de prensa y da la bienvenida a cualquier pregunta sobre él o sobre su Administración. Pero jamás toleraremos que un reportero ponga sus manos en una joven que solo trata de hacer su trabajo como interna de la Casa Blanca", ha explicado Sanders en Twitter.

Tras ese primer mensaje, la portavoz ha escrito un segundo, que incluye un vídeo del momento en cuestión:

"Mantenemos nuestra decisión de revocar el pase de prensa. No toleraremos el comportamiento inadecuado que documenta claramente este vídeo", dice el tuit.

Las imágenes, sin embargo, no muestran que Acosta toqueteara a la joven, lo que ha disparado la indignación de muchos compañeros del periodista sancionado: 

"Estaba sentado cerca de Acosta en la rueda de prensa y no le vi poner las manos encima a la joven interna, tal y como dice la Casa Blanca. Sólo sujetó el micrófono cuando ella intentó quitárselo. Las fotos de Reuters muestran lo que pasó", ha dicho Jefff Mason, el corresponsal de la Agencia Reuters en la Casa Blanca.

Dana Milbakn, columnista del 'Washington Post', se ha mostrado tan indignado que ha lanzado un llamamiento a sus compañeros: que nadie acuda a los actos de Trump hasta que Acosta vuelva al trabajo:

"No siempre estoy de acuerdo con los planteamientos de Acosta, pero esto no había ocurrido jamás en los cinco Gobierno de los que he informado. Ningún periodista debería cubrir los actos o convocatorias presidencials hasta que se le devuelva a Jim el acceso", ha escrito.

Peter Baker, corresponsal del 'New York Times' en la Casa Blanca también ha denunciado lo ocurrido: "El departamento de prensa de Trump confirma que la Casa Blanca ha suspendido el pase de un reportero porque no les gusta cómo hace su trabajo. Esto es algo que no he visto nunca desde que comencé a cubrir las noticias de la Casa Blanca en 1996. Otros presidentes no han tenido miedo a las preguntas".

Y Melissa Chan, la correponsal de Al Yazira a la que China expulsó en 2012 también ha mostrado su solidaridad con Acosta:

"Como alguien que ha visto denegadas sus credenciales de prensa por la autoritaria China, nunca pensé que vería algo así en Estados Unidos. Y ese 'muchos reporteros lo hacen bien, pero Acosta es agresivo', es igual a las mentiras que la propaganda china dijo sobre mí. Es estrategia, señores", ha explicado.