'Mea culpa' de Macron por la tortura en Argelia

El jefe de Estado francés reconoce por primera vez la responsabilidad histórica de su país en las torturas sistemáticas en la antigua colonia.

El presidente francés, Emmanuel Macron.
'Mea culpa' de Macron por la tortura en Argelia
Efe

Francia exhuma una momia del mausoleo sombrío de su memoria histórica. Emmanuel Macron reconoció por primera vez la responsabilidad del Estado francés en la práctica sistemática de la tortura durante la guerra de Argelia (1954-1962). El simbólico 'mea culpa' es equiparado por los historiadores a la asunción por Jacques Chirac en 1995 de la implicación de Francia en la deportación y exterminio de los judíos durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial.

En nombre de la República Francesa, Macron reconoció que Maurice Audin, un matemático comunista y anticolonialista de 25 años, fue torturado hasta la muerte por los militares que lo habían detenido el 11 de junio de 1957 en Argel. La histórica declaración está plasmada en una carta que el presidente entregó en mano a su viuda, Josette Audin, de 87 años, en su domicilio de Bagnolet, a las afueras de París. En la visita le pidió perdón y le prometió que pediría ayuda a las autoridades argelinas para localizar el cuerpo del todavía desaparecido, como otros muchos miles de franceses y argelinos.

El alcance político del pronunciamiento presidencial estriba en que asume que la desaparición del militante partidario de la independencia de Argelia fue posible gracias a "un sistema legalmente instituido" que supuso un terreno abonado a "actos terribles como la tortura". De hecho, menciona explícitamente la ley de poderes especiales, votada por el Parlamento francés en 1956, que otorgó carta blanca al Gobierno para restablecer el orden en la colonia insurgente. "La tortura se desarrolló porque quedaba impune pues estaba concebida como un arma contra el Frente de Liberación Nacional, que había lanzado la insurrección en 1954", escribe.

Profesor en la universidad de Argel, Audin militaba con su mujer en el Partido Comunista Argelino y brindaba alojamiento a sus amigos huidos pero nunca se vio involucrado con ningún atentado. La tesis más plausible sostiene que, confundido con un dirigente de su formación, fue apuñalado por un suboficial y su cuerpo yace en una fosa común a una veintena de kilómetros de Argel. Esta versión, que desmiente la oficial de una improbable evasión, fue confirmada por el general Paul Aussaresses, entonces jefe de los servicios de información militares, poco antes de fallecer en 2013.

"Una victoria de la verdad"

El secretario general del Partido Comunista Francés, Pierre Laurent, saludó "una victoria histórica de la verdad y la justicia que acaba con una mentira de Estado que duraba desde hacía 61 años". Pero la oposición de derechas acusó al presidente de "instrumentalizar la historia, deporte nacional francés de sentirse culpable a perpetuidad". Por su parte, el ministro argelino de los excombatientes, Tayeb Zituni, valoró un "avance y paso positivo" premonitorio de que "de que habrá más reconocimientos" de crímenes cometidos por Francia.

En su carta, Macron anuncia una derogación general para la libre consulta de todos los archivos estatales con informaciones sobre los desaparecidos de la guerra de Argelia errantes como fantasmas en la conciencia nacional. Este esfuerzo de verdad histórica contribuirá "a una voluntad nueva de reconciliación de las memorias y de los pueblos francés y argelino", argumentó.

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