El terremoto en Indonesia fuerza una operación para rescatar a 700 montañeros

Cinco senderistas españoles se han visto afectados por el seísmo, que ha dejado 16 muertos en la isla de Lombok.

Cientos de construcciones de la la isla indonesia de Lombok se vinieron abajo tras el terremoto.
Cientos de construcciones de la la isla indonesia de Lombok se vinieron abajo tras el terremoto.
Efe/Eka Ramadani

El terremoto del domingo no fue especialmente virulento. La tierra tembló a las 6:47 de la mañana en la isla indonesia de Lombok con una fuerza de 6,4 en la escala de Richter. En países bien preparados como Japón no habría causado grandes daños. Pero cientos de las enclenques construcciones de la popular localidad se vinieron abajo, 16 personas perdieron la vida, y 355 más resultaron heridas. El epicentro del seísmo se localizó a poca profundidad bajo el volcán Rinjani, uno de los principales atractivos de esta isla situada al este de Bali, y provocó corrimientos de tierra que cortaron parte de las vías de acceso al parque nacional en el que se encuentra la montaña.

Allí quedaron atrapados 689 montañeros que disfrutaban de las espectaculares vistas que ofrecen sus frondosos senderos y del lago en forma de luna creciente que está dibujado en su cráter. "Creí que iba a morir. Me agarré al suelo y el temblor duró una eternidad. Vi a gente que se caía, pero todo fue confuso", recordó en declaraciones a Reuters uno de los montañeros que se encontraba en la cima durante el terremoto, el estadounidense John Robyn Buenavista, y que ayer ya estaba a salvo. Vídeos publicados por algunos de los turistas que lograron retroceder antes de llegar a la zona más alta muestran a decenas de personas corriendo atemorizadas y grandes desprendimientos en diferentes laderas.

A pesar de ello, según las informaciones que proporcionaron ayer las autoridades locales, solo un hombre indonesio procedente de la isla de Sulawesi murió al ser alcanzado por rocas durante un corrimiento de tierra. Entre el resto de montañeros que se vieron atrapados, 135 son extranjeros y ninguno sufrió heridas de consideración. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno español, Josep Borrell, confirmó que al menos cinco tienen nacionalidad española y que están localizados y en buen estado.

La dificultad está en sacarlos del volcán. Su cima se encuentra a 3.726 metros sobre el nivel del mar, alcanzarla lleva dos días, y los accesos principales han quedado cortados. No obstante, ayer grupos de senderistas comenzaron el descenso. El terremoto ha provocado que el terreno esté inestable, y cualquier réplica podría traducirse en nuevos desprendimientos. "Cientos de senderistas en la zona del cráter no han podido bajar cuando querían porque los caminos están cubiertos de tierra y de rocas y porque se teme que puedan producirse más avalanchas", explicó el portavoz de la agencia de mitigación de desastres, Sutopo Purwo Nugroho.

Lanzamiento de víveres

Por eso, ayer Indonesia utilizó helicópteros para lanzar víveres sobre quienes buscaban otras vías de salida y montó varios dispositivos para llevar a cabo evacuaciones aéreas y terrestres. Según el diario 'Jakarta Post', anoche casi 200 efectivos de diferentes cuerpos -entre ellos el Ejército y la Policía Nacional- habían logrado abrir ya una ruta hasta donde se encuentra el grueso de quienes han quedado atrapados, y un primer grupo había sido ya evacuado. No obstante, como los turistas están esparcidos por diferentes zonas del parque, todo apunta a que la operación continuará durante el día de hoy.

El archipiélago de Indonesia se encuentra en pleno Círculo de Fuego del Océano Pacífico, la mayor cadena de volcanes del planeta. Los temblores son habituales -se producen unos 7.000 al año-, y también las erupciones volcánicas. De hecho, el Agung de la cercana Bali lleva escupiendo lava y ceniza durante gran parte de este año, y el Rinjani entró en erupción por última vez en 2010. No obstante, el Parque estuvo abierto hasta el domingo y los montañeros no recibieron ninguna alerta previa. "Se les dijo que buscasen un lugar seguro hasta que llegasen los equipos de rescate para evitar heridos", apuntó el responsable del Parque Nacional Rinjani, Sudiyono.

Afortunadamente para los turistas, el seísmo será solo un susto que podrán rememorar con la tranquilidad de quien no ha perdido nada. Para los afectados en las localidades más dañadas, sin embargo, ahora comienza el arduo trabajo de reconstruir sus vidas. Y tendrán que hacerlo con ayudas exiguas. El presidente de Indonesia, Joko Widodo, prometió ayer una ayuda de 50 millones de rupias a cada familia que haya perdido su vivienda. Parece mucho, pero al cambio son solo 3.100 euros.

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