Una marcha global de prostitutas recorre Ámsterdam para pedir derechos y respeto

Las trabajadoras sexuales reclaman una mayor protección y poner fin a los "estigmas" que rodean su actividad.

Cientos de trabajadores sexuales durante la marcha de Ámsterdam.
Una marcha global de prostitutas recorre Ámsterdam para pedir derechos y respeto
Efe

Trabajadoras sexuales de más de 36 países marcharon este martes en el corazón de Ámsterdam para exigir la eliminación de las leyes que "ponen en peligro" la vida de las prostitutas que ejercen en las calles de todo el mundo y para pedir el fin de los "estigmas" que rodean su trabajo.

"No importa de qué país se trate, todas las prostitutas a las que se les pregunte por su situación dirán que quieren mejores leyes. Queremos más protección para nosotros, para proteger a nuestros hijos y para eliminar todos los estigmas que nos rodean para poder hablar con libertad de nuestra profesión", dijo Yvette Luhrs, de la organización de prostitutas en Holanda PROUD.

El español fue uno de los idiomas que más ha sonado durante la marcha debido a la presencia de prostitutas de España, Colombia, Venezuela, México y Panamá, entre otros países latinoamericanos, que denunciaban la persecución de la prostitución en sus países a gritos de "Mi cuerpo es mío y no del Estado" o "Las putas unidas jamás serán vencidas".

"Estamos protestando por nuestros derechos. Los países tienen distintos modelos, desde los prohibicionistas como pasa en EE.UU., abolicionistas como pasa en Suecia o Francia, y otros reglamentaristas como aquí en Holanda. Lo que queremos es que nos dejen trabajar porque el trabajo sexual es trabajo", dijo Juan Florian, trabajadora sexual de Colombia.

Por su parte, el joven Enrique Gavila, de Brasil, denunció que en su país se vive en una "onda de conservadurismo de los gobiernos que están criminalizando y buscando las maneras de penalizar a los trabajadores sexuales, en especial las mujeres jóvenes y los transexuales", lo cual es una situación "terrible", añadió.

La convocatoria coincidió con la Conferencia Internacional del SIDA que se está celebrando esta semana en Ámsterdam para llamar la atención sobre los peligros existentes por la falta de financiación de la investigación y la prevención de este virus, así como la discriminación que sufren sus portadores.

La marcha, bajo sombrillas rojas, comenzó en el centro de conferencias RAI, en el sur de Ámsterdam, y terminó en el Barrio Rojo, reuniendo a cientos de prostitutas y activistas de 36 países, que unieron su voz en lo que llamaron "un movimiento global" para mostrarse "unidas" contra la discriminación y los estereotipos que afectan su día a día como trabajadoras del sexo.

Luhrs, de 32 años y trabajadora sexual, denunció las leyes de diferentes países que "están haciendo la vida imposible a las prostitutas, lo que complica su trabajo, sus cuidados, su salud" y aseguró que ningún país escapa a la discriminación de la prostitución, incluido su país de nacionalidad, Holanda, donde esta profesión es legal desde 2000.

Considera que el tipo de "violencia" que sufren las prostitutas holandesas es "principalmente verbal y discriminatoria, como no tener acceso al sistema legal, no tener una cuenta de banco, no poder comprar una casa o contratar un seguro de salud".

Esto es, no obstante, "incomparable" con lo que sufren las mujeres en países como Sudáfrica "donde son violadas por la policía, encarceladas u obligadas a ejercer en las calles" como en EE.UU., añadió.

"Nuestro mensaje es uno y claro: necesitamos más leyes que nos protejan y que hagan nuestra vida más segura. Hay que acabar con la discriminación de las trabajadoras sexuales", reclamó Luhrs.

La trabajadora sexual advirtió de que "parece que a mucha gente le cuesta entender que muchísimas mujeres deciden ser prostitutas por su propia voluntad, porque les gusta o porque lo necesitan" y lamentó que, a pesar de ser algo voluntario, aún tengan que "seguir enfrentando muchas trabas de todo tipo".

"Es algo que queremos hacer y nos merecemos el mismo respeto y trato que las demás profesiones. Y claro que hay que diferenciarlo de la prostitución forzada y proteger a aquellas que están ejerciendo obligadas por otros, haciendo algo con lo que no están de acuerdo. Las que estamos aquí, somos trabajadoras sexuales", añadió.

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